Solemnidad de Todos los Santos
Mateo 5, 1-12
Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB
Impulsos Evangélicos
1.
La fiesta de
hoy es la de la santidad anónima.. Hoy no se hacen
censos de inquilinos en el paraíso. Se nos permite imaginarnos aquella
muchedumbre inmensa de santos.¿ De dónde son y quiénes son?
2.
<< Todos
estaban de pie delante del trono y del Cordero y
gritaban a una sola voz:<< ¡La salvación es de nuestro Dios!>>.
Hoy estamos llamados a imaginar y a sospechar. Dios
no juega como un avaro con las cifras. Prefiere más que la rígida aritmética de
los números, la poesía de los rostros y la música de los nombres.
3.
El exceso dilatado hasta el
infinito es la única medida que adopta su amor sin
medida. Precisamente este amor es la fuente y la explicación de la santidad:<<
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo
somos!>>.
4.
El secreto
último de la santidad es la alegría. << Dichosos...dichosos...dichosos...>>. El
santo no es- como lo imaginamos a veces- un individuo sombrío , triste, con la
cara estirada, los ojos bajos, el aire severo, el dedo amonestador, la sonrisa
difícil...
5.
Al contrario. Es un <<candidato>> de la alegría. Uno que
se ejercita cada día e incansablemente en la alegría, para no llegar
desprevenido al gozo eterno. Admitido que exista un <<test>> decisivo al que
Dios somete a sus amigos, este test no puede
ser otro que el de la alegría. El candidato debe
demostrar que sabe <<soportar>> el peso de la gloria.
6.
El santo no puede renunciar a la alegría, ni siquiera
cuando
sobre sus espaldas está la cruz ( y está siempre), ni
tampoco cuando sobre su cabeza se desencadena la tempestad ( y el huracán de la
prueba entra en la previsiones normales del tiempo del santo), ni siquiera
cuando su camino aparece cortado por las oposiciones, incomprensiones,
persecuciones ( ¡ no faltan nunca si el camino es el correcto!).
7.
El
santo no renuncia a <<alegrarse>> ni siquiera cuando le caen encima insultos y
otras cosas poco agradables. Si uno no es capaz de alegrarse y exultar en
cualquier circunstancia de la vida, no está hecho para la santidad.
8.
León Bloy
decía:<< Existe una única tristeza: no ser santos>>. Yo diría que existe
incompatibilidad entre santidad y tristeza. Felipe Neri decía lo mismo: << Un
santo triste es un triste santo>>.
9.
Los cristianos
deben ser santos porque aman la alegría. El que no escale la santidad es porque
le tiene miedo a la alegría.
10.
Es la fiesta de
la santidad anónima. Pero quizás nos viene la sospecha – y más que una sospecha
– de que el nombre que falta pueda ser precisamente el nuestro. Nuestro nombre
no está porque nos manifestamos sordos a la llamada de la santidad, que es
nuestra verdadera vocación, la <<carrera>> que debemos emprender sin falta para
no errar en la vida de los bienaventurados. Ser santo significa tomar en serio
el Evangelio. ¿Es tan difícil?