IV Domingo de Cuaresma, Ciclo B

Juan 3, 14-21

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Impulsos Evangélicos

1.     La historia del pueblo elegido es una lección de pedagogía divina Los autores sagrados atribuyen la ruina de Israel a las infidelidades del pueblo.. No es fácil que la gente oiga los mensajes de Dios. Está mejor dispuesta para oír a los agoreros y hechiceros que la verdad suprema. Una torpeza incalificable.

2.     Se mofaron de los profetas. Siempre ocurre igual. La prensa tergiversa cada vez que puede los mensajes del Papa o los mutila o manipula. Los de los políticos, sin embargo, sean de la tendencia que sean los respetan. Se mofan de que, debido a su incredulidad, acudan más a Rappel que a Dios.

3.     Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti. Esta es la verdadera conversión obrada por los profetas cuando Ciro, el emperador, mandó que los amantes de Dios subieran y cantaran su nombre. Es un acto de gratitud  y de amor. Un recuerdo vivo que les mantiene unidos al Señor.

4.     Los paganos y los judíos vivían la esclavitud humana y espiritual. Dios , siempre amor, se enternece y libra a su pueblo escogido. Cuando se te ciegan los ojos, no ves nada más que los placeres instantáneos que la vida te presenta. Has perdido los horizontes divinos y todo lo que no sea de tejas para abajo, no tiene sentido. ¿ Qué  te diferencia con los irracionales?...

5.     Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Son dones de Dios, no nuestros. No seas  presumido ni chulo. No te atribuyas  a ti mismo lo que le corresponde a Dios. Recuerda a  Louis Bonald:” Los  presumidos se presentan sin ser llamados, los hombres de verdadero mérito prefieren que se les solicite”.

6.     Dios nos ha creado en Cristo Jesús para que nos dediquemos a las buenas obras. No eres un cualquiera. Has sido creado por Dios, te ha dado su gracia, no para que la malgastes en naderías, sino para que de tu persona surjan buenas obras. ¿Habrá cosa más bella que ésta? Piénsalo un poco.

7.     La cruz es la manifestación máxima posible del amor de Dios a los hombres y del mismo Jesús. Si Cristo no hubiera muerto y resucitado, no habría nadie que , hoy, creyera en él. Hubiera sido un bonachón pero no un salvador radical del hombre

8.     Los que creen en él no perecen, sino que tienen vida eterna. El premio que Dios  da a tu fe es la vida eterna. Pero, ¡atento!, no es mérito tuyo, sino, principalmente, de él que te ha llamado y te ha injertado en tu vida esta nueva semilla de la fe para que des  frutos dulces y no agrios.

9.     Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Si te das cuenta, la vida del hombre- a lo largo y ancho de la historia- es una sucesión de imbecilidades. Se le ofrece la luz, símbolo del bien y del gozo, y, sin embargo, prefiere la tiniebla, símbolo del mal y de malas acciones. Despiste soberano.

10.  Montesquieu te dice: “ La mayor parte de los hombres son capaces más de grandes acciones que de buenas acciones”. ¿Qué prefieres tú, amigo/a?