Pistas para la Lectio Divina...

Marcos 16,15-20: De dónde proviene, cómo se recibe y a dónde el Evangelio. “Vayan por todo el mundo y anuncien a todos la Buena Noticia”
Autor: Padre Fidel Oñoro CJM

Fuente: Centro Bíblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM  

 

 

Celebramos hoy la fiesta de san Marcos, el evangelista que nos está acompañando en este año litúrgico de manera especial. 

 

Un relato muy particular

 

La liturgia nos propone la lectura de Mc 16,15-20. La primera versión del evangelio de Marcos terminaba de forma abrupta con la fuga de las mujeres: “Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo…” (16,8). Posteriormente, en alguna de las comunidades cristianas entre las cuales circulaba este evangelio, se le agregó un complemento que presentaba un final feliz (16,15-20). Este es el texto que nos ocupa hoy.

 

El pasaje de Mc 16,15-20 supone el conocimiento de los relatos de apariciones pascuales en los otros evangelios y el envío misionero a todos los pueblos. Notamos ecos de Juan 20; Lucas 24; Mateo 28; Hechos 1; 2; 3; 4; 8; 14; 16; 28; e incluso de 1 Corintios 14 y de Santiago 5. Pues bien, pocos versículos para toda una síntesis de grandes temas de Nuevo Testamento.

 

 

La persona de Jesús está en el centro de todo

 

Al leer el relato notemos, en primer lugar, que todo parte de Dios: la iniciativa de Dios está en el origen del mensaje del Evangelio. Esto se percibe en el hecho de que el anuncio pascual:

(1)   Comienza con María Magdalena (16,9-10);

(2)   Su anuncio lleva inicialmente a una actitud de incredulidad (16,11-14)

(3)   y luego a una predicación que es confirmada por “signos” (16,15-20).

 

Es Jesús resucitado quien, mediante tres apariciones, conduce a la fe pascual (16,9-14) y envía a la misión (16,15-18). El relato culmina con la mirada puesta en Jesús: él asciende al cielo y enseguida los misioneros comienzan su obra, en tanto que el evangelista nos señala que Jesús sigue presente en medio de ellos: “colaborando con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban” (16,19-20).

 

Siete “llaves” del relato

 

Con base en este contexto, profundicemos ahora en el relato. Retengamos siete ideas fuertes en el texto:

 

(1) Observemos cómo se afirma una y otra vez la resurrección de Jesús mediante un vocabulario diverso y colorido: en 16,9 (“Resucitó”, en griego “anistanai” = ponerse en pie), en 16,11 (“Vive”, en griego “zén”), en 16,14 (“Levantarse”, en griego “egeiren”), en 16,9 (“ser elevado”, en griego “analambanein”).

 

(2) Observemos que la primera aparición es para María Magdalena (lo cual nos remite a Juan 20). Entre la tumba vacía (16,1-8, primer final del evangelio) y la aparición del Resucitado (16,9-10; segundo final del evangelio), ella pasa del estado de receptora del Evangelio de Pascua a la de anunciadora del mismo. Para ella (16,8) como para los demás discípulos (16,11.13) el mensaje pascual comienza produciéndole miedo, rechazo. Luego, en un segundo momento, lo asume y se hace posible la predicación.

 

(3) Observemos que el envío a la misión es universal: la salvación se le ofrece a todos los pueblos, sin embargo la “fe” es una condición fundamental. No basta con recibir la noticia, hay que responderle.

 

(4) Observemos que cuatro de los cinco signos de acompañan a los creyentes también aparecen en los Hechos de los Apóstoles: (a) expulsar demonios (Hechos 16,16-18); (b) hablar en otras lenguas (Hch 2,1-11); (c) agarrar serpientes (Hch 28,3-6); (d) curar enfermos (Hch 3,1-10). A diferencia del libro de los Hechos, estos signos no están reservados únicamente a los misioneros sino que pueden ser realizados por todos los creyentes.

 

(5) Observemos que la ascensión está descrita en términos que nos recuerdan la venida del Hijo del hombre, tal como Jesús lo había anunciado en el juicio ante el Sanedrín (ver 14,62).

 

(6) Observemos que la cooperación del Señor a la predicación apostólica se deja ver en los “signos” que confirman la palabra de los misioneros. Esta frase resume de alguna manera el libro de los Hechos de los Apóstoles.

 

(7) Observemos finalmente el plural comunitario que predomina a lo largo del relato: los discípulos de Jesús son los destinatarios de la noticia de la Magdalena (16,10), a ellos se les aparece el resucitado y sendas ocasiones se habla de su anuncio pascual (16,11-15); ellos son los misioneros enviados. Además, la expresión “los creyentes” subraya fuertemente una idea de comunidad: la congregación de los responden al llamado de la fe y continúan en medio del mundo los signos poderosos del Reino, llevando incluso al cosmos (=la creación, 16,15) a una renovación profunda.

 

Tenemos así el cuadro de lo que constituye una experiencia de Jesús, los elementos de la misión y una visión panorámica de la vida de la Iglesia. La celebración del Evangelista en este día es una invitación para que volvamos a lo fundamental del Evangelio.

 

 

Cultivemos la semilla de la Palabra en la vida

1.     Una manera concreta de celebrar hoy la fiesta del Evangelista Marcos puede ser hacer la lectura completa del Evangelio. No es largo.

2.     ¿De dónde parte el anuncio de la Buena Nueva? ¿Quién lo recibe y cómo lo recibe? ¿A quién debe llegar finalmente?

3.     ¿Qué es ser evangelista? ¿De qué manera también nosotros hoy podemos constituirnos en tales?