IV Domingo de Pascua, Ciclo A

San Juan 10, 1-10: ¡Pastor y Guía!

Autor: Padre Javier Leoz

 

 

Celebramos, en el ecuador de esta Pascua 2008, el domingo conocido como el domingo del Buen Pastor.

1.- Claro está que, hablar de “pastor” en una sociedad abanderada por la industria y los servicios, es difícil hacer un paralelismo entre Jesús (Buen Pastor que nos conduce hacia valles llenos de vida) y el pastor que, con su rebaño por delante o por detrás, intenta lo mejor para él. ¿Dónde han quedado los rebaños de hoy? Contemplar la figura de un pastor rodeado de cientos de ovejas es hoy, poco menos que un privilegio de unos pocos.

Aún así, la figura del Buen Pastor, por ser una de las más antiguas en la iconografía cristiana sigue teniendo una irresistible atracción y con unas connotaciones muy profundas:

*Jesús, cada domingo, nos preside la Eucaristía. A su alrededor nos encontramos aquellos que, perdidos o centrados, caminamos detrás de El porque sabemos que sus Palabras no nos dejan indiferentes. Y, entre otras cosas, porque caminar a la sombra de su cayado es saber que problemas, inquietudes, desesperanzas y mil ansiedades tienen solución y respuesta, al igual que en los discípulos de Emaús, con Jesús.

*Por otro lado, en una sociedad tan colapsada y confundida por palabras interesadas y maquilladas en falsas apariencias, el Buen Pastor habla como nadie y con sinceridad al corazón de cada persona. ¿Cuál es, además, su originalidad? Pues, ni más ni menos, que lo hace para cada persona y para cada situación. El Buen Pastor, no solamente tiene palabras de vida eterna, es que además tiene mensajes personales. Esa voz que, cuando uno la escucha llega a concluir: esto, Jesús, lo ha dicho por mí y para mí.

*Además, Jesús, como Buen Pastor quiere no un rebaño de borregos (creyentes que viven al amparo de su fe pero no se comprometenni piensan en su causa). El Señor quiere un equipo de personas que, avanzando en la misma dirección, trabajen por hacer presente el Reino que El nos trajo con su nacimiento, y que rubricó impresionantemente con su pasión, muerte y resurrección.

2.- Para ello, claro está, la Eucaristía es el mejor alimento con el que, los creyentes, tonificamos el espíritu, fortalecemos el corazón y entramos en comunión con Aquel que se ofrece, se parte y comparte su existencia con los que creen y esperan en El. ¿Sentimos la eucaristía como el alimento que el Pastor pone a disposición de su rebaño? ¿Conocemos la vida, la historia, la grandeza de Aquel que va por delante indicándonos el camino que conduce hasta el Padre? ¿Nos dejamos conocer por El? ¿Intentamos que nuestra vida sea traspasada por ese lenguaje de vida y de verdad que es el Evangelio?

Hoy, un cristiano sin un conocimiento auténtico y radical de Jesucristo, corre el riesgo de tener una fe pendiente de cuatro hilos de simple formalismo, tradición o ritos. Jesús, si pronuncia nuestros nombres, si conoce la verdad o la mentira de nuestra existencia, si nos conoce de arriba abajo… ¿no merece también un tiempo y un interés por nuestra parte? ¿No merece que, su persona, sea conocida, seguida, reverenciada, amada y respetada?

Que el Buen Pastor, Aquel sobre el que descansan nuestras vidas y se amortiguan nuestros temores, nos ayude a dar y cumplir con esa hoja de ruta que no es otra que el camino de una vida nueva traspasada por la alegría de la Pascua.

Que el Buen Pastor, referencia de todos los sacerdotes (débiles pero probados pastores que intentan asemejarse a Cristo) nos anime también a trabajar, potenciar, rezar y presentar en nuestras comunidades cristianas la vida sacerdotal, como necesaria e interpelante a un mundo que necesita menos líderes y personas más sacrificadas, entregadas y que se desvivan contracorriente a favor de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

3.- ¿QUIERES SER NUESTRO PASTOR, SEÑOR?

Gracias, Señor, por conducirme hacia valles tranquilos

mi alma, y también mi corazón, cuando de Ti

necesitan un poco de paz y de sosiego.

Gracias, Señor, porque me siento uno de los tuyos

Porque no soy ni más ni menos importante que los demás

Porque, aún siendo amigo tuyo,

camino junto a muchos de mis hermanos

para conocerte y verte cada día más cerca.

¿Me dejas, Señor, seguirte?

¿Me aceptas a pesar de desviarme de tus senderos?

¿Me amas aún a sabiendas de que me distraigo

con otros pastos y que bebo de otras fuentes?

Gracias, Señor, porque me aceptas como soy

Porque, Tú Buen Pastor, animas al sano

pero también recoges y esperas al herido

Porque empujas al que puede andar por sí mismo

y cargas, sobre tus hombros, al que no puede

o no quiere avanzar, exhausto o desencantado

¿Quieres, Señor, conocerme?

¿Aceptas, Señor, mi interior confuso y convulsionado?

Mira, Señor, que aún siendo de los tuyos

aún siendo oveja de tu rebaño

con mis palabras y acciones

a veces tengo la sensación de dispersar

lo que Tú, con mano providente y pacientemente

unes en el amor, la vida y la caridad

¿Me permites, Señor, conocerte?

Hoy, Señor, te confieso que quiero seguirte

Que quiero formar parte de tu equipo

Que, lejos de ser un borrego,

quiero tener el criterio que nace del Evangelio

Que quiero dejarme llevar por la Gracia de Dios

para que no me arrastren los vientos del mundo

Hoy, Señor, Buen Pastor de toda mi existencia

quiero darte las gracias porque das tu vida por mí

Porque ante Ti no puedo esconderme

Porque respetas mi libertad para seguirte

Porque tu voz es potente,nítida y única

Gracias, Señor, porque Tú, Buen Pastor

conoces mejor que yo

aquello que para mis días

más o menos me convienen

Amén