Pregon de Adviento

El Señor llega

Autor: Padre Javier Leoz

 

 

--El Señor vino; el anunciado por los profetas. El ansiado por nuestros hermanos del Antiguo Testamento, vino, sin demasiado ruido. Vino, y muchos no se enteraron, ni hoy otros, son sensibles a su llegada.

El Señor vino; sigue viniendo y vendrá al final de los tiempos. Lo tenemos y no lo vemos. Pero, al final, se presentará de una manera definitiva y para siempre. En esa dirección, también nos movemos.

--El Señor viene; eterna presencia y, a la vez, sensación de ausencia. Lo palpamos y se nos escurre entre las manos. Lo poseemos pero, nos invita a seguir esperándolo. Es la tensión del que sabe que, Jesús, ha venido pero todavía esta por venir.

--El Señor vino; se revistió de nuestra humanidad para que el hombre alcanzara la Divinidad. Lo esperaban entre oropeles y vino en la humildad de un pesebre. Lo añoraban en palacios y se dejó adorar en la sobriedad de una cueva.

--El Señor vendrá; al final de los tiempos. Y, cuando venga, ¿encontrará fe en la tierra? ¿Vigilantes de su llegada? ¿Heraldos de su amor? ¿Mensajeros de su reino?

--El Señor vendrá; cuando menos lo esperemos. Cuando parezca que todo se ha perdido. Cuando, incluso, muchos crean que Dios quedó para siempre dormido. El Señor, aunque nos parezca mentira, vendrá.

--El Señor viene; en cada oportunidad que le damos para vivir en medio de las cosas de cada día. En la mente despierta y expectante. En las almas que, lejos de desesperar, viven alegres, dinámicas, optimistas y eternamente jóvenes, porque esperan.

--El Señor vino; porque encontró personas bien dispuestas. Una madre como cobijo. Un padre con humilde vara de mando. Un ángel mensajero anunciando su llegada por todo el valle.

--¡Abrid! ¡Abrid de par en par las ventanas de vuestra existencia! Para que, cuando Dios llegue en la humildad de Jesús, no las encuentre cerradas.

--¡Abrid! ¡Abrid y no cerréis las puertas de vuestra esperanza! Para que, cuando Dios se presente con rostro humano en la tierra, encuentre hombres y mujeres que le esperan.

--Si el Señor vino…….en cualquier momento, puede llegar. ¿No lo oís? ¡Está viniendo!