Fiesta. Bautismo del Señor

San Marcos 1, 7-11: ¡Final y comienzo!

Autor: Padre Javier Leoz

 

Con la fiesta del Bautismo del Señor culminamos estas fechas navideñas. Y sin tiempo a reaccionar, con los últimos besos al Niño del pesebre, nos encontramos con un Jesús adulto.

1.- Ya no es niño, Aquel que reverenciaban pastores y reyes; en el horizonte, ha desaparecido la estrella y, los cánticos de los ángeles, han sido sustituidos por una palabra que viene del cielo: “Tú eres mi Hijo”. Hay un salto que, lejos de producir en nosotros desazón, nos llama a la responsabilidad y a la madurez.

-Dios no ha nacido para quedarse entre las pajas

-Dios no ha nacido para ser eternamente niño, aunque en los niños encontremos ciertas

actitudes que nos enseñan el camino del cielo

-Dios no ha nacido para dejar permanente colgada una estrella en el cielo.

Entonces ¿para qué ha venido Dios? ¿Para qué se ha encarnado? Para traernos su amor, que es infinito, y para comenzar en Jesús una gran obra que la culminará con su pasión, muerte y resurrección.

Sí, hermanos, entre maderas vino Jesús al mundo (por amor) y entre maderos dará su vida Jesús (por amor).

Hoy comienza la vida activa de Jesús. Ha dejado de ser niño y, tocado por Dios por un nuevo Bautismo, sale al encuentro del hombre. Para clarificarnos con su fecunda Palabra, para iluminarnos con la fuerza de lo alto y para curarnos de mil y una enfermedades.

El Bautismo del Señor, en el río Jordán, es para nosotros un motivo de inmensa alegría.

-Comenzaremos a seguir sus pasos.

-Nos asombraremos diciendo ¡qué va a ser de este niño!

-Tocaremos la orla de su manto y nos llenaremos de singular fortaleza

-Lo comulgaremos y sentiremos que Dios entra en nuestros corazones

2.- Hoy, Jesús, recién salido de la maternidad de Belén, comienza a dar sus pasos. ¿Qué se preguntará? ¿Qué pensamientos pasarán por su cabeza? ¿Qué espera el mundo de El? ¿Qué esperamos nosotros de El? ¿Qué espera Dios de El?

En el punto “0” Jesús se pone en situación de despegue. Atrás ha quedado el portal rodeado de luces, agua, pastores o musgo. Ahora, además de adoradores y cánticos, necesita de heraldos de su Buena Nueva. Necesita de cooperadores de su causa. Su Bautismo, es el anticipo del nuestro. Con su Bautismo todos estamos llamados a ponernos en línea de salida para mostrar el rostro de Dios a cuantos no lo conocen o, incluso, aquellos que lo rechazan.

Contamos para ello con el abrazo del Espíritu y con la certeza de que Dios nunca abandona a sus amigos.

--Jesús deja los algodones de Belén y se enfrenta a la misión por la cual Dios se ha encarnado en el hombre.

--Jesús deja las callejuelas y la carpintería de Nazaret, y descubre que la voluntad de Dios, no siempre es acogida ni cuidada por la voluntad de los hombres.

Que nosotros, en esta fiesta del Bautismo del Señor, descubramos y ahondemos en nuestra tarea de abrirnos de palabra, con creatividad, ingenio y esfuerzo para que el Reino de Dios, lejos de ser marginado en la tierra, sea presentado como garantía de la felicidad y de los sueños que todo ser humano tiene.

3.- CONTIGO QUIERO, SEÑOR

Alcanzar y bajar hacia las aguas del Jordán

para sentir que Dios llama siempre

a pesar de las dificultades del camino

CONTIGO QUIERO, SEÑOR

Dejar la comodidad de mi casa

de mis amigos y trabajos

para empeñarme un poco

en aquello que el Evangelio

necesita de mis manos y de mi esfuerzo

CONTIGO QUIERO, SEÑOR

Renovar mi Bautismo

un tanto empolvado por el paso del tiempo

Reavivar mi Bautismo

un tanto mortecino

Fortalecer mi Bautismo

a veces débil y acomodado

CONTIGO QUIERO, SEÑOR

Escuchar mi nombre y una llamada

“Tú eres mi Hijo”

Para que nunca falte en tu causa

buenos testigos

que pregonen tu Palabra

que pronuncien tu nombre

que den testimonio de tu Reino

que ofrezcan lo que son y tienen

y Dios sea conocido, amado y bendecido

en las cuatro direcciones del mundo

CONTIGO QUIERO, SEÑOR

Renovar, levantar,

Ilusionar y mejorar

Incentivar y alimentar

Revitalizar y fortalecer

Lo que un día, por la fuerza del Espíritu,

me hizo hijo de Dios

miembro de su pueblo

hijo de la Iglesia

testigo de tu Reino:

EL BAUTISMO

Amén.