XXVI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Mateo 21, 28-32: Tiempo de recapacitar

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

Hay en el ser humano un instinto innato de apropiación. En la niñez acaparamos todo y nos convertimos en el centro de todas las miradas. Es una etapa que a veces se prolonga demasiado, incluso hasta nuestra tumba. La  llamamos simplemente ‘infantilismo’. Pablo nos lo advierte hoy con fuerza: “No busquen su propio interés sino el de los demás”.

Y vamos creciendo. Desafortunadamente el pasado nos ata demasiado e  impone una gravosa hipoteca a nuestro futuro. Nos encasillamos en nosotros mismos: Nuestro egoísmo, nuestros criterios, nuestras propiedades intelectuales, culturales y materiales que hacen de nosotros presa fácil de violencia y destruyen cruelmente nuestra convivencia.

El Profeta Ezequiel nos advierte: “Es hora de recapacitar”. Hora de cambiar de rumbo, hora de dejar nuestras niñerías. Es hora de apropiarnos de los sentimientos de Cristo quien desde su Cruz nos invita a la reconciliación auténtica. Y asumir nuestra propia responsabilidad. No echar la culpa a estructuras, a la sociedad, al ambiente, al sistema. Es un cambio de corazón. Dar signos de madurez.

En el Evangelio el Padre de familias tiene dos hijos arrepentidos. El uno se arrepiente del No, y el segundo del Sí. El Padre nos está invitando a trabajar. A construir su viña, refundar el país, hacer posible la vida y la convivencia. Sí o No, apenas serían palabras, pero van más lejos, implican un cambio de actitud, una convicción, una respuesta audaz, creativa, generosa.

Cochabamba 28.09.08