Conmemoración de los Fieles Difuntos
Juan 11, 17-27: Maestro y/o discípulo

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

Mucha especialización, mucha cátedra, mucha ciencia. También muchos pergaminos. Ya hay más doctorados que gente. Y el común del pueblo queda desconcertado sin saber a quién dar crédito, sin escuchar respuestas a sus preguntas de cada día, a su dolor acumulado, a su situación desesperante. La élite cultural y/o religiosa crea más abismos y se hace más sorda a la realidad.

Jesús, hoy, en el evangelio es tajante: “Obedézcanles y hagan lo que les digan, pero no imiten su ejemplo, porque no hacen lo que dicen”. Denuncia con crudeza la incoherencia terrible que se da entre teoría y praxis. Señala sin ambages la facilidad y capacidad de echar cargas pesadas en los hombros de los demás y no poner un dedo siquiera en ayudar a sobrellevarlas.

En la cátedra de la ley, de la política, de la religión se han sentado los así llamados/as expertos/as, peritos/as,  maestros/as. Son los dueños del conocimiento, de las artimañas jurídicas, teológicas y filosóficas que salvan a los pocos y condenan a los muchos. Olvidan que la sabiduría se concentra en el pueblo y esa sabiduría está en el arte del discipulado permanente.

Los/as pobres sólo tienen un evangelio: El buen ejemplo. Cuando hay coherencia y transparencia, el pueblo camina. Sobran los maestros, falta el testimonio. Y ese testimonio se traduce hoy en profetismo. Una palabra de calidez, de humanidad como la de Pablo hoy en su carta. Una palabra que sintetiza una vida: La de Jesús en su Evangelio.

Cochabamba 02.11.08