III Domingo de Adviento, Ciclo B
Juan 1, 6-8, 19-28: “Yo no soy…”

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy

 

 

Los principios de identidad y autoestima definen nuestra personalidad y concretan nuestra realización personal, social, comunitaria. Cuando sabemos decir ‘quiénes somos’ o simplemente lo afirmamos desligándonos de parecidos con gentes de la farándula que beneficiarían nuestra imagen, damos prueba de madurez y plenitud como seres humanos.

A los judíos les intrigaba este personaje llamado Juan. Nombran una comisión para que vaya a preguntarle “quién era”. Y Él, categóricamente, responde: “No soy el Mesías”. Juan tiene conciencia de ser un testigo. Nada más. Nada menos. Lo demuestra con sus obras, con su estilo de vida, con su valentía, con su entereza de carácter.

Pablo ratifica este testimonio con dos expresiones maravillosas: “Estén alegres” y “No apaguen el Espíritu”. La alegría es la virtud propia que comunica el Espíritu y ésta, a su vez, es la garantía de autenticidad en nuestro obrar cristiano. El Espíritu es el sello que nos define, que  nos marca, que prueba nuestra presencia, nuestra identidad.

Un ‘No’ rotundo enmarca nuestra vida cristiana. ‘Ni chicha ni limonada’ para decirlo en el argot del pueblo. Es decir, simplemente No somos cristianos/as. Hemos apagado el Espíritu, la pasión, el gozo, el entusiasmo. Nada nos sorprende, nada nos asombra. Y por lo mismo, nada contagiamos, nada ofrecemos. Estamos atardecidos/as de nuestro testimonio.

Cochabamba 14.12.08