XII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B

San Marcos 4,35-41: La otra orilla

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy  

 

 

Nos pasamos parte de la vida gritándonos la sinrazón de nuestra poca razón. Aceptamos o imponemos muros, fronteras, abismos, orillas diferentes.  Es la exclusión, el rechazo, la indignación contra el otro o las otras. Este “otro” tiene nombres propios: Cultura, partido, religión, clase social, raza.  Más que construir puentes, somos especialistas en abismos.

Jesús nos invita hoy a pasar a la otra orilla. Debemos dejar la propia. ¿Cuál es nuestra propia orilla? El Yo endiosado, la cultura etnocéntrica, la ideología excluyente, la religión ritualista.  Salir de ahí es incómodo, difícil, desestabilizador. Nos lanzamos al mar de las inseguridades, inestabilidades y rompemos todas las ataduras que reducen nuestra libertad.

¿Y la otra orilla? Es la otra, el otro. Mejor con mayúsculas: El Otro, la Otra. Inmigrantes, diferentes, excluidos/as. Son el rostro de Jesús. Son su voz, su grito, su dolor, su cruz. Damos este paso sacrificando comodidades e intereses. Afrontando tormentas familiares, sociales, culturales, religiosas. Jesús está en la proa de nuestras indecisiones en sueño aletargado.

Este cruce a la otra orilla nos hace gente nueva. Atrás queda lo viejo, lo caduco. Así nos lo insinúa Pablo: “El que vive en Cristo es una nueva criatura. Lo viejo ha pasado. Ha aparecido lo nuevo”. La aceptación gozosa del diferente, de lo plural es característica propia de quien ha aceptado a Cristo en su vida como opción radical.

Cochabamba 21.06.09