XVII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
San Juan 6,1-15:
Un muchacho

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy  

 

 

La mochila casi vacía. Sólo cinco panes y dos peces. Lo pequeño y lo simple que hacen el milagro. El inventario de Andrés dio como resultado pobreza, miseria: Un muchacho con lo mínimo para subsistir. Es la colaboración y participación que exige Dios de nuestra parte para atender a las masas empobrecidas.

¡Tanta ciencia y tan incapaces para dar solución al hambre de millones de gentes! ¡Tantos recursos y tan pocos comensales! El egoísmo ha petrificado el corazón. La fe nos debe llevar a aceptar que Dios puede cambiar este corazón de piedra, tan insensible y acaparador, en un corazón que se abre al dolor ajeno y multiplica la capacidad del don.

Un/a niño/a de menos de diez años muere cada siete segundos. Y un/a menor de diez años se queda ciego/a cada cuatro minutos por falta de vitamina A. Esto no es accidental.  Es premeditación clara, calculada del sistema y sus cultores. A esto hay que llamarlo por su nombre. Es un homicidio. Es un sistema homicida que genera victimarios.

Pablo nos grita: “Les ruego que anden como pide la vocación a la que han sido llamados/as”. Es la exigencia de una Iglesia pobre que sabe potenciar lo inédito y para quien cuenta lo pequeño, lo simple. “Lo poco que se tiene, lo poco que se es, se debe convertir en el todo que se da”. Y tender manteles con el Dios de todo y un todo para todos/as.

Cochabamba 26.07.09

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