III Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C.
San Lucas 1-1-4; 4, 14-21:
Misión de Jesús

Autor: Padre Jesús E. Osorno Gil. mxy    

 

Los textos de hoy nos hablan de convocación, de  conversación, de  alianza. Un Dios que llama, que da su Palabra y ofrece un pacto. El Dios cristiano es amigo del Pueblo, de sus reuniones, solidario con su destino. Pero no es mudo. En su identidad está la Palabra que hace eco en el corazón invitando a la intimidad del amor, de la comunión.

Jesús como buen judío va a la Sinagoga el sábado. Participa de las celebraciones de su Pueblo. Toma la Palabra. La explica, la actualiza, la asume. “Hoy se cumple esta Palabra”, dice. Él es el “Hoy” del Padre. Quiere que nosotros/as seamos su propio “Hoy”. Lo anunciemos, la proclamemos, lo actualicemos, lo testifiquemos.

Dando cumplimento a la Profecía,  se apropia el texto de Isaías. “El espíritu me ha ungido…”. Es el principio de la Misión. El Espíritu ha ido tejiendo esta red maravillosa de humanidad en Jesús desde el seno materno, en la elección de sus discípulos, en su radicalidad por los pobres, en el anuncio del Reino. Es su Misión.

El texto nos va diciendo la Misión de Jesús: “Dar buena noticia a los pobres, liberación a los cautivos, luz a los ciegos…”. Todo se va enmarcando en un concepto claro de dignidad, de calidez humana, de respeto, de equidad. Y la Misión de Jesús consagra nuestra propia vocación en la misma línea, en la misma proyección. Discipulado igual Misión.


Cochabamba 24.01.10