San Marcos 9, 2-10: Libres ante los ídolos
Autor: Padre Jesús Espéja, O.P
Con permiso de: palabranueva.net
1. Mirándonos a nosotros mismos y pensando en los demás,
podemos plantear una interrogante ¿cuántos hombres y mujeres hay libres? El
ansia de tener y de poder, el disfrute inmediato a costa de lo que sea y de
quien sea, las apariencias y otros mil solicitantes, son cadenas que nos atan;
falsos absolutos que nos someten. Y el caso es que frecuentemente la
personalidad de los hombres y mujeres se mide por el dominio que ejercen sobre
los demás y por el brillo social que tienen.
2. En el Éxodo, mientras el pueblo va de camino hacia la tierra prometida, los
llamados a la libertad, se fabrican ídolos que perecen.. Es ahí donde llega la
voz de lo alto: “Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la esclavitud”. La
conversión al Dios verdadero es un proyecto de liberación.
San Pablo escribe a los fieles de Galacia, un poco deslumbrados por las
apariencias de los poderosos y sabios envanecidos del mundo griego. La verdadera
humanidad, donde Dios mismo se ha manifestado, se realiza no por esa lógica del
poder y del saber en torno a falsos absolutos, sino en la conducta histórica de
Jesucristo, donde la fuerza de Dios se manifestó en la debilidad.
En esa conducta histórica de Jesucristo, quien por amor se entregó hasta la
muerte, Dios mismo ha levantado el nuevo templo, ese lugar de encuentro salvador
para los hombres. Así lo dice el evangelio de Juan, comentando el gesto
profético de Jesús cuando expulsó del templo a los mercaderes; en realidad
estaban dando culto a los ídolos que generan la injusticia y matan a los
hombres.
3. Cuaresma es “tiempo de gracia”. Dios se revela como “el que nos libera de la
esclavitud”. Pero el que nos ha creado sin nosotros, no podrá terminar la obra
comenzada sin nuestra propia colaboración.