Autor: Padre Jesús Espéja, O.P
Con permiso de: palabranueva.net
1. Cada vez los seres humanos y los pueblos vivimos más
dependientes unos de otros; los medios de comunicación y la economía
mundializada nos obligan a relacionarnos. Sin embargo, esa relación se hace con
violencia: guerras, bloqueos, exclusión de los más débiles. Como en el fondo
todos llevamos deseos de amor y de amistad, vivimos en contradicción con
nosotros mismos.
2. Cuentan los evangelios que, al ver Jesús ya próximo su martirio, hizo una
comida con sus discípulos para despedirse. Mientras comían repartió entre ellos
pan y vino, diciendo: “Esto es mi cuerpo y mi sangre, mi vida que se entrega con
amor por todos; hagan este gesto en memoria de mí”. Jesús anunció la Buena
Noticia: Dios es Alguien que nos ama y quiere que todos seamos felices viviendo
como hermanos. Así lo proclamó con su vida y con su martirio. Así lo expresó en
el gesto de la última cena.
3. También hay entre nosotros, los cubanos, violencias, desconfianzas, exclusión
de los más débiles; en las familias, en los barrios, en la sociedad. Celebrar
Jueves Santo significa escuchar, poner en práctica lo único importante: “Amaos
unos a otros como yo os he amado”, hasta dar la vida para que los demás puedan
vivir.