I Domingo de Adviento, Ciclo B

Marcos 13, 33-37: Estad preparados

Autor: Padre Jesús Martínez García

 

 

“Velad, pues, porque no sabéis cuándo volverá el señor de la casa, si por la tarde, a la media noche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que, llegando de repente, os encuentre dormidos” (Mc 13, 35-36)

Acabamos un año litúrgico; en las semanas anteriores la Iglesia ponía a nuestra consideración las realidades últimas (muerte, juicio, infierno y gloria), y se abre hoy el nuevo año con este primer domingo de Adviento en un tono similar: velad porque el Señor está para venir. Jesús ya vino hace dos mil años, ahora queda su segunda venida al final de los tiempos. Sin embargo, para cada uno ese encuentro se produce ya tras de la muerte personal, y no sabemos cuándo será. Dios no ha querido revelarnos cuándo moriremos precisamente para esto, para que estemos en vela. Si lo supiéramos, unos vivirían al margen de Dios con la idea de prepararse antes de morir; otros, en cambio, vivirían agobiados contando los días que les faltan hasta ese día.

Dios nos quiere bien, no desea para nosotros ni lo uno ni lo otro; quiere, en cambio, que vivamos al día, trabajando con esperanza, constantemente preparados para el encuentro con Él. No ha de ser el temor, sino la fe, la esperanza y el amor lo que ha de mover nuestros actos. La esperanza, sobre todo en este Adviento, el deseo de ver a Jesús. El ciclo litúrgico anual tiene este sentido, presentarnos una y otra vez, año tras año la vida de Cristo.

Una vez más la Iglesia se prepara con este tiempo para su venida, se reviste de tonos penitenciales y nos hace llegar el mensaje del Evangelio en su aspecto de urgencia, de estar alerta, en espera atenta.

Señor, que no me duerma; sacude la modorra de mi cristianismo mediocre y comodón; que no me deje arrastrar por el hedonismo que socava la vida espiritual. Ábreme los ojos al horizonte que apunta el nuevo día, el día del encuentro, el Día que eres Tú. Quiero preparar mi corazón con el arrepentimiento y la penitencia por mis faltas, para que cuando llegue esta Navidad me encuentres preparado.