II Domingo de Cuaresma, Ciclo B

Marcos 9, 2-10: ¿Quién es Jesús?

Autor: Padre Jesús Martínez García

 

 

“Jesús tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan y los llevó a ellos solos aparte a un monte elevado, y se transfiguró ante ellos. Sus vestidos se volvieron resplandecientes... Y se les aparecieron Elías y Moisés, que conversaban con Jesús” (Mc 9, 2-4)

En los evangelios se aprecia una y otra vez cómo la gente se preguntaba quién era Jesús. Aparecía como un hombre de gran personalidad humana, al que el pueblo tenía respeto, pues era exigente y amable; Jesús era maravilloso. Y como un hombre aparecerá en el huerto de los Olivos, precisamente ante estos tres apóstoles, como el reverso de la transfiguración. En Getsemaní le iban a ver como un hombre necesitado, enfermo, con temor. En cambio, en la transfiguración aparece en un ambiente que despide destellos divinos.

¿Quién era este hombre que hablaba con Elías y Moisés, que tenía esos amigos del cielo? ¿Quién es Jesús? Esa era la pregunta que tantos se hicieron al tener noticia de él, y que toca a cada uno responder.

El evangelio nos describe hoy cómo se abrió una rendija del cielo y salió un rayo de luz, una nube: la presencia de Dios. Es como si se hubiera manifestado el otro aspecto de Jesús. San Pablo dirá que Jesús es el ser celestial, alguien venido del cielo (1 Co 15,47), y Él mismo afirmó que él era el pan vivo bajado del cielo (Jn 6,51). San Juan arranca su evangelio diciendo que el Verbo de Dios vino a la tierra haciéndose carne, hombre, y por eso se dice a María en el momento de la Anunciación que tendrá un hijo, que será Santo, por obra del Espíritu Santo.

Jesús es alguien muy cercano a nosotros, pero no hemos de olvidar que no es una criatura humana. Reverencia, por tanto, pues estamos ante Dios. No hemos de perderlo de vista en nuestra oración, no sea que, al ser tan cercano, le perdamos el respeto como si fuera un amigo más, un personaje histórico interesante, como un orador que hablaba de la paz.

Quiero buscar tu verdadero rostro, Señor. Que te vea muy cercano, pues para eso quisiste venir a estar con los hombres, pero que entienda todo lo que encierra tu nombre, Jesús.

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