Solemnidad de la Satísima Trinidad, Ciclo B

Mateo 28, 16-20: Es de noche

Autor: Padre Jesús Martínez García

 

 

“Y acercándose Jesús, les habló diciendo: «Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»” (Mt 28, 18-19)

En el momento en el que Jesús deja este mundo y les da el mandato de continuar su misión, revela una vez más a sus discípulos el misterioso modo de su ser divino: Dios es una sola Naturaleza y tres divinas Personas, distintas entre sí e iguales al mismo tiempo en grandeza y poder.

«Bien sé Tres en una sola agua viva residen, y una de otra se deriva, aunque es de noche», afirma san Juan de la Cruz. Ante el misterio de la Santísima Trinidad hemos de ser humildes, pues no se trata tanto de entender con la propia razón limitada, sino sobre todo de amar. Si la más pequeña célula guarda enigmas para el hombre de ciencia, no es de maravillar que en la intimidad del Creador haya abismos llenos de misterios. Aunque es éste un misterio de luz, es tanta la luz, que nos ciega. Es de noche. Pero si reconocemos la infinita trascendencia de Dios y alzamos con fe amorosa nuestra mirada hacia Él, entonces comienza el alba.

Las tres divinas Personas se nos ofrecen como el fruto infinitamente sabroso, que eternamente sacia sin saciar. «La delicadez del deleite que en este toque se siente –dice el místico– es imposible decirse... que no hay vocablos para declarar cosas tan subidas de Dios como en estas almas pasan... y así sólo se puede decir, y con verdad, que a vida eterna sabe; que aunque en esta vida no se goza perfectamente como en la gloria, con todo eso, este toque de Dios, a vida eterna sabe» (Llama de amor viva).

Del fondo del corazón nace el deseo de proclamar que Dios es personal, que se puede hablar con Él, porque sin la vida de Dios, la existencia no tiene sentido. Hoy es un día para hacer actos de fe, de esperanza y de amor. No basta saberlo, hay que decirlo:

Creo, espero y amo a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo. Creo en la Santísima Trinidad, único Dios verdadero, fuente de verdad y de amor, único fin de mi existencia.

 

 

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