XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Marcos 13, 26-27: Juicio particular

Autor: Padre Jesús Martínez García  

 

      

“Entonces verán al Hijo del hombre que llega entre nubes con gran poder y majestad. Y entonces enviará a los ángeles y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos” (Mc 13, 26-27)

Al final de la historia habrá un Juicio, en el que se sabrá públicamente el bien y el mal que hizo cada persona y sus repercusiones en los demás. Es una exigencia de justicia, porque en esta vida hay muchas acciones buenas que no son conocidas, ni sus repercusiones buenas en otros. Y de igual modo sucede con las acciones malas.

No vale la pena estar preocupados por aquel día. Nos interesa mucho más pensar en el día de nuestra muerte, porque ése será el día en que para nosotros se acabe el mundo. Detrás de la muerte personal está el Juicio particular. Este es el juicio que nos ha de interesar, porque de él depende nuestro futuro eterno.

Nada más morir, en un golpe de vista, pasará ante nosotros toda nuestra vida. Al nacer se nos dio como un libro, cuyas páginas de la derecha estaban en blanco y había que ir escribiéndolas según lo que ponía en la de la izquierda, es decir, según lo que teníamos que hacer (¡qué importante es conocer la voluntad de Dios!). La pluma es la libertad. Escribir otra cosa o no escribir son omisiones, las tachaduras, pecados veniales. El pecado mortal es como derramar el tintero sobre el libro, por lo que no se puede leer nada. Quien muere en pecado mortal ha inutilizado toda su vida.

En esta vida podemos huir de la luz y no ser sinceros con Dios para hacer lo que nos apetece. Detrás de la muerte no se puede huir de la luz de Dios, y se advierte lo que ha escrito: página a página, línea a línea, palabra a palabra. Y tras ese instante de juicio de conciencia ante Dios, uno se va al Cielo –o al Purgatorio– o al Infierno. Porque ese día Jesús no juzga, sus palabras nos juzgarán (Mt 7,24), pues cada uno confrontará su vida con ellas.

Señor, ¡qué seguridad y qué paz para quienes se esfuerzan en conocer tus designios y procuran cumplirlos! Sólo teme el que algo debe, y nosotros no te tememos a Ti, que serás nuestro Juez, porque eres nuestro Jesús, guía de nuestra vida.








 

 

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