Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Ciclo C

Lucas 9,11-17. Hambre de tanto

Autor: Mons. Jesús Sanz Montes, ofm 

 

 

        La fiesta del Corpus Christi significa que Jesús ha venido a saciarnos las hambres, todas esas hambres en las que nos dejan vacíos, en medio de una abundancia rabiosamente insuficiente. Como decía aquel dicho puesto al revés para describir en buena medida a nuestro mundo aparentemente satisfecho: “dame un poco de hambre, que me estoy muriendo de pan”. Porque más allá del espejismo de tantas ofertas hinchadas, que el consumo nos sirve a domicilio y con facilidades de pago, que en la medida que más las acumulamos más vacíos nos dejan, está la realidad-real de las personas en esta sociedad del tener que deja triste nuestra alma y solo el corazón.

            Jesús nos pregunta hoy en esta fiesta del Corpus Christi: ¿de qué tienes hambre? ¿cómo la sacias? Dos mil años después la humanidad sigue teniendo hambre en tantos sen­tidos. Y dos mil años después unos responden entreteniendo, distrayendo las hambres del cuerpo y las del alma. Jesús no fue un demagogo sino que fue a la raíz del problema: Yo soy el Pan de vue­stra vida. Y desde ese ejemplo de quien va por delante, nos dijo y nos dice: ahora, darles vosotros de comer.

            El hambre de justicia, de paz y de pan, el hambre de luz y de gracia, el hambre de libertad y de sentido de la vida, no vendrá, ciertamente, por reuniones y planificaciones que no comprometen, sino que su solución pasa personalmente por cada uno de nosotros, por nuestras manos, por nuestros panes y peces con los que nuevamente Dios hará el milagro.

            Un cristiano que celebra el Corpus Christi es alguien que ensimismado ante el Pan de Dios, se hace él mismo pan que sabe a lo que sabe Dios, que se deja comer... y quien “nos coma” pueda experimentar aquello que experimentaron los que se alimentaron del Señor: que Él es el Pan de la Vida, el que más se corresponde con nuestra anemia espiritual; Él es el Pan verdadero que verdaderamente sacia todas las hambres de nuestro corazón humano.


+ Jesús Sanz Montes, ofm
Obispo de Huesca y de Jaca