V Domingo de Pascua, Ciclo C

Juan 13, 31-33a. 34-35 : “Que os améis unos a otros…” (Jn 13,34)

Autor: Padre Joaquín Obando Carvajal

 

 

Comentario:


Juan 13, 31-33a. 34-35 : “Que os améis unos a otros…” (Jn 13,34)
De nuevo el amor. Son muchas las veces que este tema sale en los textos bíblicos, y por lo tanto en los comentarios a los mismos y en las homilías sobre ellos.

Aunque en el texto de hoy vine formulado como un mandamiento: “Os doy un mandamiento nuevo…”, el amor no brota de una imposición de una ley exterior, sino consecuencia de sentirse amado de verdad, y en nuestro caso, de sentirse amado gratuitamente de Dios en Cristo. No es una mera obligación, sino un don que se concede, como Espíritu amigo. De esa benevolencia recibida brota el amor cristiano, respuesta propia de bien nacidos.

El amor no es el deber consiguiente al hecho de pertenecer a la Comunidad cristiana, sino el elemento constitutivo de dicha Comunidad. No porque soy de la Comunidad amo, sino porque amo formo parte de la Comunidad. El amor, como la fe, constituye el ser o no ser cristiano.

Dios ama al mundo, ama a la humanidad toda. Es lo primero que hemos de recordar. Amor que no depende de méritos o valores. Dios ama para salvar, para que el mundo llegue a ser más humano, más digno, más habitable.

Siendo esto así, la única señal distintiva de los seguidores de Jesús es siempre la misma: “amar como Él nos ha amado”.

Hoy se habla mucho de amor, pero cuánto se falsea en su contenido más hondo. Por esoJesús nos dice: “Amaos como yo os he amado”. Un amor desinteresado, que sabe acoger y ponerse al servicio del otro, sin límites y discriminaciones. Un amor que sabe afirmar la vida, el crecimiento, la libertad y la felicidad de los demás. En esta sociedad en que tanto se falsea el amor, el creyente debe desarrollar su capacidad de amor siguiendo el estilo de Jesús.
Es cierto que las exigencias concretas del amor no pueden determinarse de antemano. Según Jesús, son las necesidades del hermano las que nos ayudarán a descubrir cómo debemos actuar en cada situación.

El amor al prójimo ha de tener un comportamiento activo y creador que toma en serio las necesidades concretas del hermano y se atreve a hacer por él todo lo que sea necesario para ayudarle a vivir con dignidad.

Desde la vivencia de sentirse querido y amado por Dios es desde donde brota el amor a los demás como el de Jesús. Quien se siente querido tiene fuerza para amar.Se nos recuerda el mandamiento del amor en la cincuentena pascual. Cristo resucitado viene a renovar nuestra vida. El sale al encuentro de cada uno de nosotros, al encuentro de nuestras comunidades para acompañarnos, llenarnos de su luz, paz y perdón que nos haga hombres nuevos renacidos en el bautismo.