Domingo III de Pascua, Ciclo A
Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.
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Lecturas:
o
Hechos de los
Apóstoles 5, 27b-32. 40b-41
o
Apocalipsis
5, 11-14
o
Juan 21, 1-19
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El evangelio
de este domingo nos relata la aparición de Jesús junto al lago, que había sido
escenario en el que habían compartido Jesús y sus discípulos momentos
memorables: junto al lago escucharon su llamado, allí resonó su predicación,
allí realizó numerosos milagros, allí vivieron la terrible experiencia de la
tempestad.
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Ahora Jesús
resucitado vuelve al lago para encontrarse con sus discípulos. El evangelista
Juan, autor de este testimonio, después de muchos años recordaba detalles
precisos de este encuentro: se trataba de la tercera aparición de Jesus
resucitado, estaban reunidos siete discípulos - de los cuales identifica a cinco
por su nombre y deja en el anonimato a los otros dos -, recuerda que había
ciento cincuenta y tres peces en las redes.
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Este relato
se caracteriza por un clima de intimidad muy especial: el grupo de amigos
pescadores, el silencio de la noche, la conversación con Jesús, la fogata, la
cena...
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Quisiera
invitarlos a profundizar en tres aspectos que son, al mismo tiempo,
profundamente humanos y profundamente teológicos: el grupo, el trabajo, la
celebración.
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Exploremos el
primer aspecto, el grupo:
o
Los
discípulos encuentran a Jesus resucitado dentro de su grupo de amigos. La
profunda amistad que habia unido a estos sencillos pescadores crea un ambiente
muy especial que es aprovechado por Jesús.
o
¿Qué mensaje nos
comunica este hecho? La experiencia de Jesús no
puede ser vivida como algo individual, intimista. La experiencia de Jesús
resucitado debe ser vivida en comunidad, la cual se constituye, en primera
instancia, por los familiares y amigos que son las personas más cercanas.
o
Las amistades verdaderas son aquellas que nos permiten
compartir las alegrías y las tristezas de la vida, y que nos apoyan a lo largo
del camino para asumir con
paz las responsabilidades.
o
Las amistades
falsas son las que se unen alrededor de intereses oscuros y no generan procesos
de superación. Por el contrario, nos presionan para obrar en contra de la
conciencia.
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Hay un segundo aspecto que vale la pena destacar: el grupo
de amigos encuentra a Jesús resucitado
en medio de sus actividades cotidianas de pesca:
o
Los discípulos de Jesús tenían la obligación de sostener a
sus familias con el fruto de su trabajo. El acompañamiento
de Jesús y el proceso de formación que habían
vivido no los eximían de esta obligación primaria.
o
Mediante el trabajo obtenemos los recursos para llevar una
vida digna y además colaboramos con la obra creadora de Dios. El trabajo de cada
día es oración,
es el camino de santidad que nos traza Dios, es el
lugar donde se nos manifiesta su plan. Las enseñanzas del evangelio y la
tradición de la Iglesia nos invitan a cultivar una espiritualidad muy realista
que, en palabras de Ignacio de Loyola, gran maestro espíritual, nos conduzca a
"buscar y hallar a Dios en todas las cosas". La espirtualidad no puede ser
fuerza que conduzca a una fuga de la realidad sino motivación para un compromiso
con la transformación del mundo.
o
Los
discípulos pescadores encontraron a Jesús resucitado en sus quehaceres
cotidianos. Nosotros lo debemos encontrar en el hogar, en la oficina, en el
sitio de trabajo.
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Hay un tercer aspecto que nos pone de manifiesto el
evangelista Juan: el encuentro de Jesús resucitado con sus amigos pescadores fue
ocasión de fiesta y celebración: en una fogata prepararon pescado a la plancha y
compartieron el pan. En esta cena íntima a orillas del lago es innegable el
clima eucarístico. Los gestos y palabras de Jesús tienen un claro significado
de eucaristia. Es el momento más intenso del
encuentro del resucitado con los suyos.
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Despues de
compartir el pan, Jesus entabla un diálogo con Pedro. Diálogo cargado de afecto
y que da una misión. En tres ocasiones Pedro es interrogado por Jesús acerca de
su amor, y en tres ocasiones le es confirmada su misión como supremo pastor de
la comunidad de los creyentes.
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Es hora de terminar esta meditación dominical sobre la
aparición de Jesús a orillas del lago. Que la
profunda experiencia de Jesús resucitado que viven
estos amigos mientras realizan sus actividades rutinarias de pesca y que tiene
como clímax la cena junto a la hoguera, nos ayude a vivir, dentro un ambiente
pascual, los lazos afectivos que nos unen a
familiares y amigos, y que lo cotidiano sea un espacio para el diálogo con Jesus.