Solemnidad. Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Ciclo B

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.

   

ü Lecturas:

o   Éxodo 24, 3-8

o   Carta a los Hebreos 9, 11-15

o   Marcos 14, 12-16. 22-26 

ü Hoy celebra la liturgia la fiesta del Cuerpo y la Sangre del Señor, tradicionalmente conocida por su nombre en latín, fiesta del Corpus Christi. En las grandes ciudades, se ha diluido el sentido de esta celebración, que pasa desapercibida; en  los pueblos, esta  fiesta   se celebra con vistosas procesiones, solemnes ritos  y hermosos arreglos florales. 

ü ¿Cuál es el mensaje teológico que nos comunica la liturgia a través de las celebraciones en honor del Cuerpo y Sangre del Señor? La liturgia nos invita a la contemplación del misterio eucarístico en su doble significación: como memorial  de la muerte del Señor,  y como banquete en el que compartimos el Pan de Vida y el Cáliz de Salvación.  

ü Las lecturas de este domingo nos ofrecen elementos muy ricos para leer el misterio del Cuerpo y Sangre del Señor en el contexto de la historia de la salvación; cada una de las lecturas hace sus aportes particulares. 

ü Empecemos reflexionando  sobre el texto del libro del Éxodo, que nos describe el sacrifico ofrecido por Moisés después de hablar con Iahvé en la cumbre del monte Sinaí:

o   El relato nos describe los preparativos y el desarrollo de la ceremonia; Moisés “mandó a algunos jóvenes israelitas a ofrecer holocaustos e inmolar novillos, como sacrificios pacíficos en honor del Señor. Tomó  la  mitad de la sangre, la puso en vasijas y derramó  sobre el  altar la otra mitad”.

o   A nosotros, mujeres y hombres del siglo XXI, nos resulta extraña  esta escena de los animales sacrificados y de la sangre derramada. Pero tenemos que entender que la tradición bíblica, igual que la de otros pueblos, expresaba sus sentimientos religiosos mediante sacrificios; para ellos, la sangre derramada expresaba alabanza, acción de gracias, petición de perdón, purificación; nuestra cultura expresa, de una manera diferente, la relación con la Trascendencia. Ahora bien,  no debemos juzgar, con los criterios ecológicos y ambientalistas de hoy, las tradiciones de otros pueblos.

o   El sacrificio que ofrece Moisés, en nombre de la comunidad, es un momento particularmente intenso pues allí  se renueva el vínculo de la Alianza; allí la comunidad  confirma lo que han venido repitiendo sus antepasados: “Haremos todo lo que manda el Señor”. 

ü La segunda lectura, tomada de la Carta a los Hebreos,  narra cómo el sacrificio del Señor en la cruz supera infinitamente los sacrificios de la antigua alianza:

o   Nos dice el texto: “No llevó consigo sangre de animales, sino su propia sangre, con la cual nos obtuvo la redención eterna”. Quedan atrás los sacrificios de animales que buscaban obtener el perdón de Dios; la Pascua del Señor  es la reconciliación definitiva de la humanidad con Dios.

o   La antigua alianza de Iahvé con Abrahán y sus descendientes es  reemplazada por la alianza nueva y eterna que sella Cristo en la cruz: “Por eso, Cristo es el mediador de la alianza nueva. Con su muerte hizo que fueron perdonados los delitos cometidos durante la antigua alianza, para que los llamados por Dios pudieran recibir la herencia eterna que Él les había prometido”. 

ü En síntesis, estas dos lecturas, del Éxodo y de la Carta a los Hebreos, tienen un elemento común, que es el sacrificio con derramamiento de sangre, para alabar a Dios y pedir su perdón.  En el Antiguo Testamento, los sacrificios de animales hacían parte de la rutina religiosa del pueblo; en el Nuevo Testamento, el sacrificio de Cristo obtiene el perdón definitivo y empieza una nueva etapa en la historia de la salvación. 

ü Estos textos del libro del Éxodo y  de la Carta a los Hebreos nos ayudan a comprender que la Eucaristía que celebramos   cada domingo es el memorial de la muerte  del Señor en la cruz; por eso, después de la consagración del pan y del vino, la asamblea aclama: “Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas”. 

ü El texto del evangelista Marcos nos relata la cena pascual que celebraron el Señor y sus discípulos; dice el texto: “Mientras cenaban, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen: esto es mi  cuerpo. Y tomando en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias, se la dio; todos bebieron y les dijo: Esta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos”. 

ü Hoy celebramos la fiesta del Cuerpo y Sangre del Señor, conocida también como fiesta del Corpus Christi. Que las lecturas que hemos meditado nos ayuden a comprender el significado profundo de la eucaristía, que es el momento más importante en la vida de la comunidad. Estos textos nos presentan la eucaristía como memorial de la muerte del Señor y como banquete en el que compartimos el Pan de Vida y el Cáliz de Salvación.