VI Domingo de Pascua, Ciclo A

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J. 

 

ü Lecturas:

o   Hechos de los Apóstoles 15, 1-2. 22-29

o   Apocalipsis 21, 10-14. 22-23

o   Juan 14, 23-29 

ü La primera lectura, tomada de los Hechos de los Apóstoles, nos relata uno de los momentos más difíciles de la comunidad apostólica.  

ü Alrededor de la buena noticia de Jesús resucitado se fueron reuniendo hombres y mujeres que venían de dos mundos diferentes, el Judaísmo y el paganismo. Los que venían del Judaísmo se sentían en una posición de superioridad por pertenecer al pueblo depositario de la promesa de un Mesías; en consecuencia, querían imponer a los paganos bautizados que cumplieran con las exigencias de la ley judía. 

ü Los judíos recién bautizados  exigían a sus hermanos paganos, que habían acogido el mensaje de Jesús, que pasaran por la puerta de la ley mosaica, en particular la circuncisión y las normas que regulaban el consumo de alimentos. 

ü Nos dice el texto de los Hechos de los Apóstoles que “se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se  circuncidaban de acuerdo con la ley de Moisés, no podían salvarse” 

ü Esta condición no fue aceptada de manera pasiva sino que “provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé” 

ü Esta confrontación entre grandes figuras de la primera comunidad cristiana, de cuya entrega y fidelidad no podemos dudar, nos dice que no debemos escandalizarnos ante las discusiones que se presentan en la Iglesia. Sostener puntos de vista diferentes no puede interpretarse, de manera simplista, como si unos fueran fieles a la Iglesia y los otros traidores… 

ü El texto de los Hechos de los Apóstoles nos habla de una “violenta discusión con Pablo y Bernabé”. Los que estaban enfrentados en Antioquía decidieron dirigirse a Jerusalén para plantear el conflicto ante el Colegio Apostólico. Después de analizar los argumentos a favor y en contra,  se llega a una solemne sentencia, encabezada por unas palabras memorables: “El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido”. Las decisiones  se formulan en tres niveles; lo doctrinal, lo moral y lo práctico:

o   En cuanto a la esencia de la discusión, se decide que los paganos que desean adherir a Jesús no tienen que pasar por las puertas del Judaísmo y, por tanto, los varones no están sometidos a la circuncisión establecida por Moisés. Dice la sentencia: “El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponerles más cargas que las estrictamente necesarias”

o   En cuanto al comportamiento, pide a los paganos bautizados “que se abstengan de la fornicación”. Con esta normativa se exige que quienes abrazaban la fe en el resucitado abandonaran las antiguas costumbres licenciosas, tan extendidas en el mundo pagano. Su comportamiento debía ser diferente.

o   Y para no fastidiar a los judíos en sus costumbres, se les pide que “se abstengan  de comer lo inmolado a los ídolos, la sangre y los animales estrangulados; si se apartan de esas cosas, harán bien”

ü En esta discusión que agita a la comunidad apostólica, está en juego un asunto que sigue estando presente en nuestros días: la multiculturalidad de la Iglesia. ¿A qué nos referimos?

o   Dentro de la comunidad de los creyentes, encontramos hombres y mujeres de diversas culturas. Este paisaje variopinto exige que, simultáneamente,  afirmemos la unidad y la diversidad.

o   Debemos afirmar la unidad de la fe y de los valores éticos fundamentales, de manera que todos juntos confesemos las mismas verdades y nos comportemos de acuerdo con el evangelio.

o   Y al mismo tiempo que confesamos la unidad en la fe y en los valores éticos fundamentales, aceptamos la diversidad de expresiones culturales que deben reconocerse en la liturgia, en los ritos sacramentales y en el lenguaje de los documentos.

o   No podemos pretender que los católicos del África o de la India o de las comunidades indígenas o de los países latinoamericanos tengan unos ritos iguales a los de los fieles europeos, cuya sensibilidad es diferente.

o   Tenemos que reconocer que la Iglesia Católica no ha resuelto de manera satisfactoria el complejo asunto de la  diversidad cultural de sus fieles o multiculturalidad; esto se manifiesta  en el lenguaje  de los documentos oficiales, que son incomprensibles para amplios sectores de la comunidad; igualmente, esto se refleja en los ritos, que no están estructurados en armonía con las formas antropológicas de celebración propias de las diferentes culturas. 

ü Es hora de terminar nuestra meditación dominical. Que este debate vivido por la  primera comunidad cristiana contribuya a mantener viva la reflexión  sobre las diversas maneras de celebrar y expresar la fe común en Jesús resucitado en un mundo con culturas diferentes.