Domingo XXVII del Tiempo Ordinario, Ciclo B
Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.
La pareja en el plan de Dios
ü Lecturas:
o
Génesis 2, 18-24
o
Carta a los
Hebreos 2, 8-11
o
Marcos 10, 2-16
ü
La pareja humana
es la gran protagonista de las lecturas bíblicas de este domingo. La pareja es
la unidad básica de la organización social; es la depositaria de la transmisión
del don de la vida. Centremos, pues, nuestra meditación dominical en este tema
que ha sido, es y será motivo del mayor interés en todas las culturas.
ü
El libro del
Génesis pone en labios de Dios una
hermosa expresión, cargada de sensibilidad: “No es bueno que el hombre esté
solo. Voy a hacerle a alguien como él, para que lo ayude”. Con estas palabras se
nos está diciendo que la pareja ocupa un lugar destacadísimo dentro del plan de
Dios. Dios ha creado al varón y la mujer para que se amen, se apoyen, sean
solidarios.
ü
En la primera
lectura, a través de unos recursos literarios sencillos como son el sueño
profundo que se apodera del varón y la costilla que le es extraída, hay unos
mensajes que conservan toda su
actualidad:
o
El hombre y la
mujer son iguales en dignidad, y el uno forma parte del otro. A pesar de todos
los avances que se han hecho en esta dirección, la mujer sigue estando
discriminada en muchos escenarios sociales y es relegada a responsabilidades
secundarias.
o
Es muy llamativa
la exclamación del varón cuando despierta de su sueño y encuentra, frente a él,
a este ser maravilloso: “¡Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne!”.
o
En el encuentro de
la pareja es muy importante el reconocimiento del otro como un ser único,
diverso y complementario. Y este reconocimiento no se puede circunscribir al
primer encuentro sino que debe animar la relación
a lo largo de la vida; cada día debe significar redescubrir al otro, agradecer
por estar juntos. Se marchita el amor
que no se nutre de admiración,
reconocimiento y valoración del otro.
ü
¿Por qué muchas
veces no funciona este hermoso plan de Dios sobre la pareja? ¿Por qué son tan
frágiles los matrimonios en nuestra época? Ciertamente, la historia de cada
pareja es única, y nadie puede saber con precisión qué es lo que sucede en la
intimidad de los dos. Sin embargo, es posible identificar unos factores que se
repiten en muchas historias.
ü
Un factor que
amenaza la estabilidad de las parejas es la inmadurez afectiva, que consiste
principalmente en la incapacidad de compartir. Unos modelos educativos
excesivamente complacientes, que satisfacen todos los caprichos de los niños,
tienen consecuencias nefastas porque los niños egoístas de hoy, serán los
adultos que mañana no podrán
construir un proyecto común de vida que exige pensar en plural, para lo cual hay
que renunciar a los pequeños intereses
individuales.
ü
Los niños no
pueden actuar como pequeños tiranos que imponen su voluntad
a unos padres desconcertados, incapaces
de establecer límites. Es fundamental que los niños aprendan a compartir, a
tomar conciencia de los límites que la vida en sociedad exige, y que las cosas
hay que obtenerlas por el camino del esfuerzo.
ü
La inmadurez
afectiva es quizás el principal factor de crisis en las relaciones de pareja. Si
queremos ir a la raíz del problema, hay que revisar los modelos de educación de
los niños y adolescentes.
ü
Otro factor
crítico para la estabilidad de las relaciones de pareja es el respeto. Es
natural que surjan diferencias en la convivencia; es normal que se presenten
disgustos. Pero nada justifica que se falte al respeto al otro. La agresividad
se ha convertido en la manera socialmente aceptada de conducir el automóvil, en
la forma como los clientes hacen sus reclamos y en el género literario
de las telenovelas y los “reality”. Es
inaceptable que las parejas crucen la frontera sagrada del respeto mutuo. En
este punto tiene que haber la máxima firmeza.
ü
Para que este
hermoso proyecto de pareja, que es querido y bendecido por Dios, sea una
realidad concreta, hay que ser detallistas. El amor se alimenta de pequeños
gestos; con ellos vamos diciendo que nos importan las personas que viven junto a
nosotros: sus celebraciones, su salud, los cambios en su aspecto físico.
ü
Obviamente, las
relaciones de pareja van evolucionando con el paso de los años; aparecen nuevas
situaciones. Es connatural a nuestra condición humana. Las parejas podrán
sortear exitosamente los obstáculos que se presentarán si han logrado construir
entre ellos una sólida amistad. Ser amigos es la
mejor póliza que se puede tener para proteger la estabilidad de la pareja
en medio de los oleajes de la vida.
üEs hora de terminar nuestra meditación dominical. En el plan de Dios, la pareja ocupa el centro de la creación. Su éxito o su fracaso tienen hondas percusiones sociales. Por eso es tan importante aprender a compartir, a respetar, a ser detallistas; y, principalmente, hay que aprender a ser muy buenos amigos.