Domingo XVII del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.

 

 

    ü     Lecturas:

o       II Libro de los Reyes 4, 42-44

o       Carta de San Pablo a los Efesios 4, 1-6

o       Juan  6, 1-15

 

  ü     La temática dominante en la liturgia de hoy es la multiplicación de los panes, que aparece en dos lecturas:

o       En el texto del II Libro de los Reyes, el profeta Eliseo alimenta a cien personas con veinte panes. Y al final sobró comida.

o       En la escena narrada por el evangelista Juan, Jesús alimenta a más de cinco mil personas. Y el texto nos dice que al final se llenaron doce canastas con las sobras.

 

  ü     Los invito a que hagamos una lectura cuidadosa del evangelio, y en ella encontraremos elementos muy ricos para  nuestra espiritualidad.

 

  ü    Lo primero que nos llama la atención es el éxito de Jesús. San Juan nos cuenta que “lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos”. Vale la pena explorar el alcance de la expresión “porque habían visto los signos que hacía con los enfermos”. Las curaciones de Jesús habían sido públicas, de manera que eran tema obligado de conversación:

o       Para unos, las curaciones los habían sacudido interiormente, pues veían en Jesús una fuerza superior, que sólo podía venir de Dios.

o       Para otros, las curaciones despertaban curiosidad y querían asistir a unos de esos prodigios de los que hablaba la gente. En todas las sociedades abundan los “curiosos o mirones”, que no quieren perderse ningún evento, empezando por la llegada de algún personaje, siguiendo por los matrimonios de sociedad y terminando con los entierros en los que se dan cita los importantes...

 

  ü     Lo segundo que llama la atención es la preocupación de Jesús ante la situación de los que lo buscaban:

o       Toda la vida de Jesús tiene como objetivo cumplir la voluntad del Padre y servir a los demás mediante sus palabras y sus acciones portadoras de vida.

o       Esta sensibilidad de Jesús ante los problemas de los demás es una lección de vida, ya que nuestra existencia debe girar alrededor de los demás – la familia, la comunidad, el progreso del país, la Iglesia -.

o       Pero no todas las personas actúan como Jesús, pues sólo piensan en ellas mismas, en sus enfermedades y en sus problemas. Como resultado de este enclaustramiento, los problemas se van creciendo hasta convertirse en una avalancha que todo lo arrasa.

o       Cuando no caemos en la trampa de encerrarnos en nuestro pequeño mundo sino que nos preocupamos por los demás, relativizamos nuestras dificultades. Cuando conocemos y compartimos el dolor de los demás, nos damos cuenta que nuestras preocupaciones no son la tragedia que imaginábamos.

o       Salgamos de nuestro encierro para compartir  los gozos, esperanzas y dolores  de nuestros hermanos. Esto nos permitirá ver la vida con ojos diferentes.

 

  ü     Lo tercero que llama la atención es cómo las palabras y acciones de Jesús no se quedan en lo asistencial o material – repartir unos panes -, sino que tocan las fibras más íntimas de su ser, por lo que ellos exclaman “este sí es el Profeta que tenía que venir al mundo”:

o       Ciertamente muchas de las personas que participan en esta eucaristía tienen algún tipo de vinculación con instituciones que realizan acciones sociales con los grupos más necesitados. La forma como actúa Jesús con los más pobres nos enseña que no debemos contentarnos con intervenciones meramente asistenciales (por ejemplo, llevar mercados, recoger regalos para la Navidad, organizar una campaña de vacunación, etc.) Estas acciones, por nobles que sean, deben buscar que los beneficiarios crezcan en autoestima, sean gestores  de sus comunidades, fortalezcan las redes de solidaridad entre ellos.

o       Jesús no sólo sacia el hambre material sino que también se preocupa por satisfacer el hambre espiritual de las multitudes que lo buscan. Este comportamiento de Jesús sugiere que ser buen papá es mucho más que pagar el colegio y responder por unos servicios de alimentación, vestido y salud. Ser buen papá exige dedicar tiempo a los hijos, expresarles afecto, acompañarlos en sus actividades. Ser buen jefe no consiste solamente en pagar a tiempo un salario justo – lo cual es importantísimo -; también exige estimular a los empleados en su trabajo, apoyarlos en su crecimiento personal y profesional.

o       No hay que olvidar que la multiplicación de los panes, tal como aparece en el evangelio de Juan, hace referencia a la eucaristía por las palabras y gestos que realiza Jesús: “tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió”. En la actividad evangelizadora de Jesús son inseparables el alimento del cuerpo y el del alma.

 

  ü    El cuarto y último aspecto que nos llama la atención en este relato evangélico es constatar que Jesús no pierde la cabeza con el éxito:

o       El evangelista Juan nos dice que las multitudes querían hacerlo rey, pero él prefirió retirarse solo a la montaña.

o       Ciertamente, es importante el reconocimiento. Ahora bien, los pequeños o grandes éxitos que vamos cosechando a lo largo de la vida no pueden hacernos perder el sentido de la realidad y la capacidad de autocrítica. En las personas que ocupan cargos directivos, el peligro mayor es caer en las redes de la adulación; terminan creyendo que son los más inteligentes, que son irremplazables. Enceguecidos, no consultan las decisiones y cometen graves errores que terminan por destruirlos a ellos y a sus empresas o grupos.

 

  ü    Mañana, 31 de julio, la Iglesia universal celebra la fiesta de San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas. Les pido una oración para que el Señor bendiga el trabajo que hacemos por la promoción del ser humano y por la divulgación del evangelio.

 

  ü     Es hora de terminar nuestra meditación dominical. Este relato de la multiplicación de los panes nos ha hecho reflexionar sobre varios puntos de interés para nuestra vida espiritual:  las motivaciones para seguir a Jesús, cuya vida estuvo en función de los demás y atendió simultáneamente las necesidades materiales y espirituales de quienes lo buscaban, y cómo evitó los cantos de sirena del éxito que lo hubieran apartado del cumplimiento de su misión.