Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.

 

ü     Lecturas:

o       Libro de la Sabiduría 7, 7-11

o       Carta de San Pablo a los Hebreos 4, 12-13

o       Marcos 10, 17-30

 

ü      El mensaje central del evangelio de hoy nos dice que el seguimiento de Jesús puede realizarse de dos maneras: una, mediante el cumplimiento de los mandamientos; otra, mediante el desprendimiento de los bienes terrenales. Veamos cómo plantea Jesús su propuesta.

 

ü      El evangelista Marcos describe el encuentro de Jesús con un israelita honesto, cumplidor de las leyes divinas y humanas:

o       El interlocutor de Jesús es un hombre común y corriente, que pasa desapercibido. Los campos y ciudades de la patria están llenos de personas como ésta, que cumplen fielmente con sus obligaciones, que contribuyen con su trabajo y ejemplo a la marcha de la sociedad.

o       Estas personas no hacen noticia. Deberíamos rescatar del anonimato a quienes, desde el silencio de los hogares y de los puestos de trabajo, aportan al bien común.

o       Contrasta fuertemente el anonimato de estas personas con el ruido que generan los escándalos. En estas últimas semanas, los ojos de todos nosotros han estado fijos en la pantalla del computador del tristemente célebre Jorge 40, que guarda la información de una macabra historia de violencia. Nos sentimos aterrados ante esta diabólica telaraña de poder político y económico que se ha ido tejiendo mediante asesinatos, extorsiones y corrupción.

o       ¡Así es la naturaleza humana! En nuestro interior coexisten el bien y el  mal, el trigo y la cizaña, la vida y la muerte, la luz y las tinieblas.

 

ü       A pesar de su buen comportamiento, el personaje descrito por San Marcos no se siente satisfecho. No se instala en la comodidad de la conciencia tranquila. De rodillas ante Jesús, le pregunta: “¿qué haré para heredar la vida eterna?”

 

ü       Jesús, profundo conocedor del corazón humano, da una respuesta cuidadosamente dosificada: en primer lugar, muestra el camino que deben seguir las mujeres y hombres de buena voluntad que quieran cumplir la voluntad de Dios; y también hace una propuesta mucho más exigente que está dirigida, no ya al gran público, sino a un grupo más reducido de discípulos.

 

ü      Analicemos brevemente la  primera respuesta que da Jesús a  su interlocutor:

o       A la pregunta ¿qué hacer para heredar la vida eterna?, Jesús propone el camino de los mandamientos. “Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre”. Exactamente lo contrario de lo que contienen  los archivos del computador de Jorge 40...

o       Los diez mandamientos son una síntesis sabia que ofrece los elementos básicos para construir unas adecuadas relaciones con Dios y con la sociedad. Cuando la sociedad no respeta estos límites, se cae en la demencia colectiva. Los libros de historia testimonian infinidad de capítulos dolorosos del devenir humano. Y los medios de comunicación nos descubren cada día nuevos episodios de la locura hecha regla de vida por la guerrilla y los paramilitares, que no se detienen ante nada con tal de lograr sus objetivos.

 

ü       Pero Jesús no considera suficiente esta respuesta del cumplimiento de los mandamientos. Va más lejos y propone algo muy audaz: “Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres – así tendrás un tesoro en el cielo -, y luego sígueme”. Esta propuesta de Jesús, que causó un profundo desánimo en su interlocutor, debe ser explicada pues  muestra los alcances de querer seguir a Jesús hasta las últimas consecuencias; además, no se trata de un llamado universal sino que está dirigido a personas con una particular vocación de servicio.

ü      El camino radical de seguimiento que muestra Jesús, nos lleva a un tema muy delicado, que es el de la relación entre la riqueza y el Reino de los cielos:

o       Ciertamente, el texto del evangelista Marcos trae frases muy duras: “¡Qué difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero!”

o       Si los discípulos de Jesús, que pertenecían a los estratos 2 y 3, se escandalizaron ante la radicalidad de la propuesta, ¿cuáles serán los sentimientos de los estratos 5 y 6 ante estas palabras de Jesús?

o       Es necesario hacer una precisión teológica: Jesús no está afirmando que la riqueza sea mala y que la pobreza, por el contrario, sea buena. Esta interpretación es equivocada. Dios creó el universo con una infinita variedad de recursos; y todo lo que ha salido de las manos amorosas de Dios es bueno. Por eso la pobreza nunca será un bien.

o       Entonces, ¿qué quiso decir Jesús? El texto de Marcos nos da la clave: “¡qué difícil les es entrar en el Reino de los cielos a los que ponen su confianza en el dinero!”. El punto crítico es “poner la confianza en el dinero”. Esto significa que el dinero puede distorsionar nuestras decisiones porque nos da la falsa ilusión de poder comprar la felicidad, el amor, la amistad, la juventud y la salud. La experiencia nos muestra que la apropiación de estos valores no es asunto de chequera sino que es el resultado de una vida que privilegia la ética. Los colombianos hemos visto cómo se derrumban como castillos de arena imperios de miles de millones de dólares construidos sobre la droga, la corrupción y la violencia. Y sus artífices o fueron asesinados o pasarán el resto de sus vidas en una prisión.

o       La lógica del Reino de Dios no consiste en acumular tierras, ni acciones de empresas, ni vehículos, ni joyas; la lógica que nos propone Jesús es  compartir.

o       Jesús propone una novedosa teoría económica según la cual compartir con los demás, en particular con los pobres, es el mejor negocio pues tiene una altísima rentabilidad: “Les aseguro que quien deja casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos e hijas, por mí y por el evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más y en la edad futura vida eterna”.

 

ü       Es hora de terminar nuestra meditación dominical sobre lo que exige el seguimiento de Jesús, el cual comienza por el cumplimiento de los mandamientos y que pide, a los que se sienten llamados a una opción de vida mucho más radical, la renuncia a los bienes materiales. Además nos pone en guardia contra las falsas ilusiones que genera la riqueza. No tengamos miedo de compartir lo que somos, lo que sabemos, lo que sentimos, lo que tenemos. Compartir es el mejor negocio que podemos hacer pues sus dividendos son la auténtica felicidad.