Domingo IV de Pascua, Ciclo A

Autor: Padre Jorge Humberto Peláez S.J.

 

ü   Lecturas:

o       Hechos de los Apóstoles 2, 14.36-41

o       Primera carta de Pedro 2, 20-25

o       Juan 10, 1-10

 

ü     En la liturgia de este domingo, domina la figura del buen pastor. Para poder comprender el alcance de este símbolo hay que recordar que Jesús ejerce su ministerio en un medio rural. Su lenguaje e imágenes literarias provienen de este entorno. A través de la imagen del pastor que cuida a sus ovejas, que las conoce por su nombre, que las protege de los depredadores, Jesús expresa su especial dedicación a la comunidad.

 

ü     Este evangelio es un hermoso telón de fondo para reflexionar sobre el acontecimiento que concentra la mirada de los fieles, la elección del sucesor de Juan Pablo II.

 

ü     Los medios de comunicación nos han informado sobre el funcionamiento del Conclave, cuerpo colegiado particularísimo encargado de escoger al Pastor de la Iglesia universal. En un mundo dominado por las comunicaciones y por la electrónica, nos parece exótico que los cardenales se aíslen del mundo circundante y quemen los votos en una estufa de leña, todo ello  en la deslumbrante escenografía de la Capilla Sixtina.

 

ü     Se han escrito muchas páginas sobre los posibles candidatos y sobre los retos que esperan al nuevo Papa. En esos escritos encontramos de todo: hay análisis juiciosos, como también los hay sensacionalistas; hay reflexiones respetuosas y hay críticas que destilan amargura.

 

ü     En palabras sencillas, quisiera compartir con Uds. mis reflexiones sobre los grandes retos que vive el Catolicismo de hoy. Reflexiones serenas, inspiradas en un profundo amor a la Iglesia.

ü     En concreto, me referiré a los siguientes puntos: la evangelización en diversos contextos culturales; la búsqueda de la paz y la justicia; el diálogo interreligioso; algunos puntos calientes de la agenda interna de la Iglesia.

 

ü    Empecemos, pues, por la evangelización, que es la misión fundamental de la Iglesia, su razón de ser. Evangelizar es lo que ha hecho la Iglesia durante 2000 años y lo que continuará haciendo hasta el final de los tiempos.

 

ü     Ahora bien, este anuncio debe hacerse en medio de circunstancias históricas concretas: una cosa es anunciar a Jesucristo dentro de las estructuras del Imperio Romano,  otra en la selva del Brasil y otra muy diferente es anunciar la buena noticia de la salvación a los ingenieros de Silicon Valley, en California. Es el mismo evangelio pero a públicos absolutamente diferentes. Explicitemos algunos de los retos de la evangelización en nuestros tiempos, que deberá afrontar el nuevo Papa:

o       Europa fue la gran evangelizadora del mundo. Sus misioneros llevaron el mensaje de Cristo a todos los rincones de la tierra. Sin embargo, la vieja Europa se ha descristianizado. Se dedicó al consumismo y al hedonismo. Una prueba de ello la encontramos en la nueva Constitución Política de la Unión Europea: en ella no aparece una sola palabra de reconocimiento a sus raíces cristianas. Para millones de europeos, el Cristianismo se reduce a unas hermosas iglesias románicas y góticas, y a unas obras de arte custodiadas en los museos. Para ellos, el Cristianismo es  una inspiración estética sin que se traduzca en compromisos concretos en la vida cotidiana. La vieja Europa constituye un enorme reto evangelizador.

o       Pasemos a la joven América Latina agobiada por la pobreza y desgarrada por los conflictos sociales. Aquí la evangelización se enfrenta a múltiples retos, uno de los cuales es el avance arrollador de las sectas. ¿Por qué millones de católicos se han apartado de la Iglesia? ¿Qué encuentran en ellas? ¿Cuáles son nuestras debilidades pastorales que explican este doloroso éxodo? Preguntas complicadas que deberá hacerse el nuevo Papa.

o       Pensemos en la evangelización de culturas milenarias como la India, la China, el Japón. Estas culturas están alimentadas por una profunda espiritualidad. Su horizonte simbólico y sus referentes culturales nada tienen que ver con nuestros conceptos occidentales. ¿Cómo anunciar a Jesucristo sin irrespetar sus venerables tradiciones? ¿Cómo incorporar a nuestra espiritualidad católica las riquezas de las experiencias interiores del oriente? ¡Menuda tarea le espera a la Iglesia bajo la orientación del nuevo Papa!

 

ü     Además de los desafíos de la evangelización, la Iglesia, como Madre y Maestra, es promotora incansable de la justicia y de la paz:

o       Las entrañas de la Iglesia se conmueven con el drama de miles de millones de seres humanos que arrastran una existencia miserable, privados de los bienes básicos.  Desde finales del siglo XIX  los Papas han desarrollado profundas enseñanzas sobre la justicia social a través de Encíclicas. El  nuevo Papa deberá continuar este ministerio  profético, que  provoca reacciones encontradas.

o       Juan Pablo II fue un jugador principalísimo en el ajedrez político mundial. Aunque la guerra fría ha quedado atrás, han surgido desestabilizadores conflictos regionales y el terrorismo se ha convertido en la gran amenaza. ¿Cómo continuar este ministerio a favor de la paz cuando los interlocutores se  ocultan en las montañas de Afganistán o en lo prefundo de la selva o en los cinturones de miseria de nuestras ciudades? Fe, justicia y paz son tres componentes inseparables del mensaje de Jesús.

 

ü     El nuevo Papa deberá continuar el diálogo interreligioso, iniciado por sus predecesores. Diálogo sembrado de mil obstáculos y salpicado de profundas desconfianzas:

o       Diálogo con los hermanos separados, con quienes compartimos la misma fe en Jesús, a quien proclamamos Señor y Salvador.

o       Diálogo con las grandes religiones monoteístas como lo son el Islam y el Judaísmo.

 

ü     Pasemos a algunos temas particularmente candentes dentro de la agenda interna de la Iglesia Católica. A manera de ejemplo digamos una palabra sobre dos situaciones ampliamente comentadas dentro de los círculos católicos:

o       Pensemos en el drama de tantas parejas que no pueden vivir en plenitud su comunión con la Iglesia  porque han contraído un segundo matrimonio.  Ciertamente la pastoral de los divorciados vueltos a casar pide un atento estudio, el cual debe ser realizado dentro de la fidelidad a la doctrina; la Iglesia no puede modificar  sus enseñanzas por la simple consideración de los sondeos de opinión.

o       Pensemos en el lugar que ocupan las mujeres dentro de la vida de la Iglesia; ellas son las evangelizadoras por excelencia. Sin embargo, su trabajo no ha sido reconocido en justicia. Ahora bien, la Iglesia debe proceder con cautela. Recordemos que  algunas comunidades dentro de la Iglesia Anglicana decidieron consagrar sacerdotisas y obispas. Esta determinación ha producido dolorosas fracturas en sus comunidades.

 

ü     Ya es hora de concluir nuestra meditación dominical:

o       Inspirados en el evangelio del buen pastor, hemos explorado algunos de los retos que esperan al nuevo Pastor de la Iglesia universal, que será elegido en el Conclave que se inicia mañana 18 de abril.

o       En un rápido recorrido nos hemos referido a los inmensos desafíos de la evangelización en medio de culturas diversas, los retos de la paz y la justicia, el diálogo interreligioso y los candentes temas que agitan a la opinión pública dentro de las comunidades de fieles.

o       Que el Espíritu Santo guíe las deliberaciones del Colegio de Cardenales para que escojan al hombre  adecuado para continuar adelante la misión evangelizadora que vigorosamente  realizó Juan Pablo II  en sus 26 años de pontificado.