XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
San Lucas 21, 5-19: De Herodes a Gaudí

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

El evangelio nos presenta a un grupo de personas que estaban ponderando la belleza y la solidez del templo de Jerusalén reconstruido por Herodes, cuando de repente Jesús les advierte y profetiza que llegará el día en que no quedará piedra sobre piedra de todo aquello que estaban admirando (Lc 21,5).  La predicción se cumplió bien pronto porque en el año 70 el emperador romano Tito destruyó el templo y sólo nos quedó como recuerdo el muro de los lamentos.

 

Veinte siglos después, el Papa Benedicto XVI visita la iglesia de la Sagrada Familia en Barcelona, elevándola a la categoría de basílica menor, ícono de una catedral moderna concebida por el genial siervo de Dios, Antonio Gaudí y construida a base de pequeñas donaciones. La Sagrada Familia es un compendio de símbolos cristianos como la fachada del Nacimiento, la única que completó Gaudí. En ella se relata a través de temas de la naturaleza y de figuras humanas el nacimiento de Jesús y algunas escenas de su infancia. Gaudí "sacó los retablos afuera para poner ante los hombres el misterio de Dios revelado en el nacimiento, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo", afirmó el Pontífice.

 

Actualmente se ponderan diversas “estructuras familiares” que pretenden socavar el sagrado templo familiar constituido por el hombre, la mujer y los hijos y nos ofrecen modelos alternativos que tratan de organizar la educación, la procreación, el trabajo e incluso el deceso al margen del núcleo familiar. Se encuentran fervientes admiradores de estos templos modernistas construidos sobre arena de los cuales no quedará piedra sobre piedra, pero aquellos que se mantengan firmes en la fidelidad conyugal, los que sean generosos en la transmisión de la vida y confíen en la fuerza renovadora del amor, conseguirán el triunfo y el consuelo de haber perseverado en el amor.

 

La familia constituye el patrimonio de la humanidad, es uno de los tesoros más importantes del género humano; ella es escuela de fe y humanismo, palestra de valores y virtudes; en el hogar se nace y se muere. La familia es insustituible para lograr el progreso y la serenidad personal. Hace unos días visité a una anciana que agonizaba rodeada de sus hijos, su marido y sus nietos. No era la morfina lo que le daba la paz, sino el saber que estaba acompañada de los suyos que se alternaban tomándola de la mano como único canal de comunicación.

 

Los problemas sociales de adaptación, violencia, alcoholismo, secuestro que estamos sufriendo nacen de la crisis familiar que estamos padeciendo, allí está el origen de los trastornos psicológicos y conductuales. Construir sobre roca significa apostar por la familia como camino seguro para lograr la renovación de nuestros pueblos, auténticos templos de fe y humanismo.