Reflexiones Bíblicas
San Marcos 12, 13-17

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J  

 

 

En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta. Se acercaron y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?" Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: "¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea." Se lo trajeron. Y él les preguntó: "¿De quién es esta cara y esta inscripción?" Le contestaron: "Del César." Les replicó: "Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios, a Dios." Se quedaron admirados.

COMENTARIOS

Los herodianos, un grupo político que estaba a favor de Herodes y los fariseos, se acercan a Jesús para probarlo con una pregunta y dejarlo en una situación bastante peligrosa por la respuesta que fuera a emitir, y posteriormente acusarle y condenarle. Jesús no es tonto, y su respuesta lleva a que tanto los herodianos y fariseos como sus discípulos entiendan que las obligaciones que adquiere el ser humano con las leyes civiles han de ser cumplidas y no pasadas por alto en función de una opción de vida religiosa, como es el ser cristiano. Dios tiene su puesto, y el creyente ha de saber respetarlo. El ser humano, por tanto, no debe colocar en tensión aquellas cuestiones que se refieren al fuero civil con las del fuero religioso, pues ambas, relacionadas y en equilibrio, pueden llevar a que se consiga una mejor sociedad, justa y participativa para sus integrantes.