Reflexiones Bíblicas
San Mateo 10, 7-13

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

"Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios.

Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.

No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaros en su casa hasta que os vayaís. Al entrar en una casa, saludad, si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no lo merece, la paz volverá a vosotros"

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Jesús añade ahora un aviso: la idea de lucro ha de estar ausente de esta actividad. Se hace, por tanto, con «limpieza de corazón» (5,8), sin segundas intenciones.

La opción por la pobreza que ha hecho el discípulo (5,3) ha de ser bien visible. No deben llevar dinero alguno, tampoco provisiones (alforja), ni dos túnicas o sandalias, como la gente acomodada. La prohibición de llevar bastón simboliza la renuncia a toda violencia, incluso en defensa propia (cf. 5,39). El desprendimiento absoluto del discípulo se funda en su confianza de que no faltará el sustento. Jesús los exhorta a la confianza que había de tener el discípulo en el Padre del cielo (6,25-34). La misión es un trabajo por el que se busca que reine la justicia del Padre (6,33); éste se ocupará de lo demás.

«Se merece» recibir al enviado quien está abierto al mensaje del reino, es decir, los que no se conforman con la situación existente. Los Doce enviados son mensajeros de paz (cf. 5,9) y trabajar por ella es su labor. Esto se refleja en su saludo. Hay, sin embargo, quienes rechazan este mensaje. En tal caso los enviados deben desentenderse de ellos con un gesto simbólico, usado al abandonar tierra pagana. Jesús anuncia un juicio que será más severo para los que no acogen el anuncio del reino, que para las ciudades paganas proverbialmente malditas.