Reflexiones Bíblicas
San Mateo 5, 20-26

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que mate será procesado. Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano, será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego.

Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Procura arreglarte con el que te pone pleito en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí

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Da Jesús la razón de lo que acaba de decir: la fidelidad de los suyos ha de situarse muy por encima de la de los letrados y fariseos. La fidelidad se entiende de modo intensivo y extensivo, en calidad y totalidad. Es insuficiente el legalismo, que se contenta con guardar preceptos; pero el discípulo no puede ser negligente en la práctica de su compromiso. La puerta para «entrar en el reino de Dios» es precisamente la primera bienaventuranza. A ella se refiere, por tanto, esta fidelidad.