Reflexiones Bíblicas
San Mateo 6, 19-23

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en le cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque dónde está tu tesoro, allí está tu corazón.

La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!"

COMENTARIOS

El hombre se define por los valores que estima y las seguridades que busca; ellos orientan su vida y marcan su personalidad.

Para traducir esta perícopa (v.v. 22-23) hay que interpretar los modismos semíticos que contiene. El primero y más evidente es «el ojo perverso», que en hebreo significa la envidia o la tacañería. Se le opone «el ojo simple» o «generoso», es decir, «la generosidad, el desprendimiento». La oposición entre «tacaño» y «desprendido» muestra que la perícopa se refiere al dinero, según el tema general de la sección. «Lámpara», reasumido más adelante por «luminoso», indica el valor positivo que la generosidad comunica al hombre (cuerpo persona). El castellano, como el hebreo, asimilan la generosidad a la luminosidad: «espléndido», «esplendidez». La esplendidez (= el ojo en su función positiva) da valor (= luz, lámpara) a la persona (cuerpo). En contexto de tacañería, el antivalor (= tinieblas) se expresa por «miseria».

Lo opuesto a acumular riquezas es compartir lo que se tiene, obra de la generosidad o esplendidez. El apego al dinero hace del hombre un miserable; es precisamente el despego que se traduce en el don, el que da valor a la persona. Jesús pone el valor de la persona en el desprendimiento, que manifiesta el amor, su falta de valor en la tacañería, que se cierra al amor. La generosidad es condición para la ayuda a los demás y para el cumplimiento de la pobreza a la que Jesús llama.