Reflexiones Bíblicas
San Mateo 11, 20-24

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

Evangelio

En aquel tiempo se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: "¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti".

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En el evangelio, Jesús regaña fuertemente a las gentes de aquellas ciudades en las que tuvo su mayor influencia en lo referido a su ministerio. La dureza de corazón de aquellas gentes no les permitió convertirse a la propuesta del reino de Dios, prefiriendo mantenerse en sus egoístas y bien establecidas estructuras. La conversión es una dinámica constante y el evangelista san Mateo lo refiere directamente al camino del discipulado. El discípulo no puede quedarse en una actitud pasiva que lo lleve a creer que ya se encuentra salvado, porque no le permitirá que el germen del reino brote con decidida fuerza que lo lleve a transformar su propio entorno, como la familia, el lugar de trabajo, entre otros.

Las acciones de Jesús narradas por el evangelista (8,2-9,28) tenían que ver, sobre todo, con la apertura a los paganos y con la curación del nacionalismo exclusivista de Israel. Estas ciudades, situadas en la orilla del lago o cerca de ella, con tráfico comercial y población mezclada, habrían debido aceptar la universalidad de la salvación. Sin embargo, siguen en su mentalidad anterior. Renunciar a la propia superioridad y al exclusivismo es parte de la enmienda.