Reflexiones Bíblicas
San Mateo 13, 24-30

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña.

Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?"

Pero él les respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: 'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.'""

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La presencia de malas hierbas en un campo es cosa normal. El rasgo peculiar de la parábola es que se atribuya a un enemigo, también sembrador, que actúa clandestinamente («mientras dormían»). La cizaña tiene fuertes raíces, entrelazadas con las del trigo, y, al arrancarla, podría arrancarse el trigo al mismo tiempo; es imposible eliminar lo malo sin daño de lo bueno. En el reino hay que tolerar la presencia de lo bueno y lo malo, como Dios la tolera en su creación (5,45), respetando la libertad de los hombres. Hasta la cosecha hay que tener paciencia y dejar que crezcan juntas. La cizaña se manifiesta cuando el trigo da fruto (cf. 3,8.10; 7,17-19; 12,33; 21,43). Jesús corrige la visión del judaísmo, formulada por Juan Bautista, de un juicio inmediato y definitivo. Éste no se verificará en la época histórica del reino. Los obreros, en cambio, pretenden que el juicio se realice inmediatamente.