Reflexiones Bíblicas
San Juan 1,47-51Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J
Evangelio:
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño." Natanael le contesta: "¿De qué me conoces?" Jesús le responde: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi." Natanael respondió: "Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel." Jesús le contestó: "¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores." Y añadió: "Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."
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La persona creyente utiliza la figura del ángel para
manifestar la presencia activa, salvífica y liberadora de Dios en medio de su
pueblo. La iconografía ha representado a los ángeles con alas y con cabellos
rubios y rostros resplandecientes. Son figuras que pertenecen a modelos
culturales determinados. Pero el ángel es quien trae noticias buenas, alegres,
novedosas de parte de Dios. Se podría afirmar que el ángel llena de esperanza y
de sentido situaciones de crisis y confusión, o anuncia la intervención
salvadora de Dios a favor de su pueblo. En este sentido, cualquier persona de
buena voluntad puede ser un "ángel", porque puede ser portadora de buenas
noticias para el pueblo.
Que hay ángeles lo atestan muchas páginas de la Escritura... Pero hay que saber
que el nombre de «ángel» designa la función, no el ser del que lo lleva: su
oficio de mensajeros. Los que transmiten mensajes de menor importancia se llaman
ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman arcángeles. Por
esto, a la Virgen María no le fue enviado un ángel cualquiera, sino el arcángel
Gabriel, ya que un mensaje de tal trascendencia requería que fuese transmitido
por un ángel de la máxima categoría...
Por esto, cuando se trata de alguna misión que requiere un poder especial, es
enviado Miguel, dando a entender por su actuación y por su nombre que significa:
«¿Quién como Dios?» que nadie puede hacer lo que sólo Dios puede hacer. De ahí
que el antiguo enemigo, que por su soberbia pretendió igualarse a Dios,
diciendo: «Escalaré los cielos, por encima de los astros divinos levantaré mi
trono, me igualaré al Altísimo» (Is 14,13) en Apocalipsis nos es mostrado
luchando contra el arcángel Miguel y que al final de los tiempos será desposeído
de su poder y destinado al extremo suplicio: «Se trabó una batalla: Miguel y sus
ángeles lucharán contra el Dragón, Y también el Dragón combatirá con sus
ángeles, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos.»(Ap
12,7-8).
A la Virgen María le fue enviado Gabriel, cuyo nombre significa «Fortaleza de
Dios», porque venía a anunciar a aquel que, a pesar de su apariencia humilde,
había de reducir a los Principados y Potestades. Era, pues, natural que aquel
que es la fortaleza de Dios anunciara la venida del que es «el Señor de los
ejércitos y héroe en las batallas» (Sl 23,8). En cuanto a Rafael, su nombre
significa «Medicina de Dios». Este nombre le viene del hecho de haber curado a
Tobías, cuando, tocándole los ojos con sus manos, lo libró de las tinieblas de
la ceguera. Si, pues, ha sido enviado a curar, con razón es llamado «Medicina de
Dios».