Reflexiones Bíblicas
San Lucas 9, 51-56Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J
Evangelio:
Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado
al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por
delante. De camino entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento.
Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y
Juan, discípulos suyos, le preguntaron: "Señor, ¿quieres que mandemos bajar
fuego del cielo y acabe con ellos?" El se volvió y les regañó, y dijo: "No
sabéis de qué espíritu sois. Porque el Hijo del hombre no ha venido a perder a
los hombres, sino a salvarlos".
Y se marcharon a otra aldea.
COMENTARIOS
Para ir de Galilea a Judea deben pasar necesariamente por Samaría. Judíos y
samaritanos se detestan mutuamente. Por eso los habitantes de aquella población
no los quieren recibir, y así se explica la reacción violenta de los discípulos
al pedir un castigo severo para aquel pueblo. Pero Jesús reprende a sus
discípulos y les hace ver que su misión no es destruir, sino construir; no es
condenar, sino salvar. Precisamente por las graves divisiones que existen entre
pueblos y naciones es que se generan las guerras y las masacres. Los cristianos
estamos llamados a proponer la justicia, la verdad, el amor y la paz como las
únicas rutas que pueden conducir a la construcción de una nueva humanidad.
Sumemos nuestros esfuerzos para derrumbar todos los muros que nos dividen e
impiden la fraternidad y la solidaridad.