Reflexiones Bíblicas
San Lucas 10, 38-42

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano."
Pero el Señor le contestó: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán."

COMENTARIOS

Aunque no se puede negar que son también grandes el servicio a la mesa y todas las obras de caridad, puesto que, según la palabra de Cristo, son servicios prestados a él mismo (Mt 24,40). Sin embargo, no por eso hay que rebajar y descuidar el hecho de escuchar la Palabra. Conforme a esta Palabra dejaron los apóstoles de servir a los pobres a la mesa, con el fin de quedar libres para la proclamación de la Palabra, y confiaron a los diáconos el servicio de los pobres (Hch 6,1s). El relato de la acción del buen samaritano tiene su necesario complemento en el relato de la visita a Marta y María.
Si en ocasiones el cumplimiento de los propios deberes nos lleva a quejarnos de la conducta de otra persona, tendríamos que estar abiertos a la posibilidad de que ella quizá esté respondiendo a una llamada incluso superior..