Reflexiones Bíblicas
San Lucas 16, 1-8

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido".

El administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa". Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo, y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?" Este respondió: "Cien barriles de aceite". El le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta". Luego dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" El contestó: "Cien fanegas de trigo". Le dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta". Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz".

COMENTARIOS

Sagaz, tal como lo entiende Cristo, sólo es aquél que no se sumerge de tal modo en la existencia terrena que se olvide que se acerca el reino de Dios. Es sagaz "el criado a quien su Señor, al volver, lo encuentra haciendo así", es decir, dedicado fielmente a su servicio.

Los hijos de la luz tienen ojos que ven lo que es la vida, el hombre, el mundo delante de Dios. En la fe en la Palabra de Dios reconocen el mundo futuro que se descubre tras el presente; el reino de Dios con todas sus promesas; la vida eterna. En cambio los hijos de la luz, comparados con los hijos de este mundo, son irresolutos y flojos en su acción cuando se trata de cuidar de su espléndido futuro. Jesús tiene razón en quejarse.