Reflexiones Bíblicas
San Lucas 17, 7-10

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

En aquel tiempo dijo el Señor: "Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? ¿No le diréis: "Prepárame la cena, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer.""

COMENTARIOS

Hay muchos grados de humildad. Hay quien es obediente y en todas las cosas se reprocha a sí mismo; esto es humildad. Hay quien se arrepiente de sus pecados y se considera un miserable delante de Dios. Esto es también humildad. Pero otra es la humildad del que ha conocido al Señor por el Espíritu Santo: son diferentes su conocimiento y sus gustos.

Cuando a través del Espíritu Santo el alma ve cuán suave y humilde es el Señor, se humilla a sí misma hasta lo más hondo. Esta humildad es del todo particular y nadie puede describirla. Si los hombres, a través del Santo Espíritu pudieran saber qué Señor tenemos, cambiarían enteramente: los ricos menospreciarían sus riquezas; los sabios, su ciencia; los gobernantes su poder y su prestigio. Todos vivirían en una profunda paz y con amor, y reinaría sobre la tierra un gozo grande.

San Silvano (1886-1938), monje ortodoxo