Reflexiones Bíblicas
San Lucas 19, 1-10

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

En aquel tiempo entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió en una higuera para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa".

El bajó en seguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: "Ha entrado ha hospedarse en casa de un pecador". Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: "Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más". Jesús le contestó: "Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido".

COMENTARIOS

La misión de Jesús se cumple mediante la acogida de los pecadores. Dios lo envió para que aportara salvación, no perdición; salud, no condenación; vida, no muerte. "Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores" (1Tm 1,15); por él se cumple lo que el profeta había anunciado acerca del tiempo de salvación: "Buscaré la oveja perdida, traeré la extraviada, vendaré y curaré la enferma" (Ez 34,16). Lo que Jesús significó en las parábolas relativas al amor a los pecadores, se efectúa en la realidad de la vida. Jesús es el salvador de los que estaban perdidos.