Reflexiones Bíblicas
San Mateo 11,28-30Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J
Evangelio:
En
aquel tiempo, exclamó Jesús: "Venid a mi todos los que estáis cansados y
agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso
y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es
llevadero y mi carga ligera."
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En este pasaje del evangelio de Mateo los "cansados y agobiados" son los mismos
pequeños e ignorantes a los que alude en los versículos precedentes: aquéllos a
quienes el Padre ha privilegiado mostrándoles sus secretos, en vez de confiarlos
a los sabios y entendidos. El peso o el yugo designa con frecuencia en el
judaísmo el cumplimiento de la Ley. Los escribas lo habían sobrecargado con un
número incalculable de prescripciones que los simples y los pequeños se
esforzaban por observar, sin tener la capacidad suficiente para distinguir lo
necesario de lo accidental (Mt 23,4). Los que Jesús ha acogido no son tanto los
afligidos como los simples e ignorantes, esclavos de las prescripciones del
legalismo judío. Jesús, que guardaba sus distancias frente al intelectualismo,
hace otro tanto frente al legalismo. Llama a los que están cansados y agobiados,
pero no para darles descanso, sino para proponerles que carguen con un yugo
diferente. El evangelio se vale de este recurso para señalar que cada persona
debe asumir en la vida una carga, un peso, un yugo, una preocupación. Puede ser
el de las ambiciones personales, el de los problemas económicos de cada día, el
de la violencia que nos rodea… Para llevar el yugo que Jesús nos propone, el de
la solidaridad y la fraternidad universal, debemos prepararnos. No basta la
buena voluntad; es necesario aprender dos cualidades: la humildad y la
mansedumbre. Jesús impone un yugo fácil de llevar porque él también ha formado
parte de la comunidad de los pobres anunciada por los profetas, y porque reúne a
los mansos y humildes de corazón. El Liberador que esperamos en Navidad es un
pobre, y lo es de corazón, porque ha adoptado libre y voluntariamente esta
condición; desde nacer en un establo.