Reflexiones Bíblicas
San Mateo 1,1-17Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J
Evangelio:
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a
Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a
Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón,
Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a
Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a
Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a
Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a
Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el
destierro de Babilonia.
Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a
Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc,
Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado
Cristo.
Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David
hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia
hasta el Mesías, catorce.
COMENTARIOS
Se nos lee la genealogía de Cristo en san Mateo. Esta
costumbre, tradicional en la santa Iglesia, tiene un bello y misterioso motivo.
Porque en verdad esta lectura nos presenta la escalera que Jacob vio de noche
durante un sueño (Gn 28,11s). En lo alto de esta escalera, que por la parte alta
tocaba al cielo, el Señor, apoyado en ella, se apareció a Jacob y le prometió
darle en herencia la tierra... Ahora bien, sabemos que «estas cosas sucedieron
en figura para nosotros» (1C 10,11), ¿Qué prefiguraba, pues, esta escalera sino
la casta de la que Jesucristo debía nacer, casta que el santo evangelista, con
boca divina, ha hecho subir de manera tal que acaba en Cristo pasando por José?
Es en este José a quien Jesús, niño pequeño, se apoyó. A través de la «puerta
del cielo» (Gn 28,17)..., es decir, por la Bienaventurada Virgen María, hecho
niño por nosotros, salió gimiendo... Durante el sueño, Jacob oyó que el Señor le
decía: «Todas las naciones del mundo se llamarán benditas por causa tuya» y
ahora por el nacimiento de Cristo, se cumple esta realidad.
Es esto mismo lo que el evangelista veía cuando puso en su genealogía a Rahab la
prostituta y a Ruth la moabita; porque veía muy claro que Cristo no vino en la
carne solamente para los judíos, sino también para los paganos, Él que se dignó
recibir antepasadas salidas de entre los paganos. Venidos, pues, de los dos
pueblos, judíos y paganos, como los dos lados de la escalera, los padres
antiguos, situados a diferentes grados, sostienen a Cristo Señor que sale de lo
alto de los cielos. Y todos los santos ángeles bajan y suben a lo largo de esta
escalera, y todos los elegidos entran, primero, en el movimiento de descenso de
esta escalera para recibir, humildemente, la fe en la encarnación del Señor, y
seguidamente son elevados a fin de contemplar la gloria de su divinidad.
Ruperto de Deutz (hacia 1075-1130), monje benedictino