Reflexiones Bíblicas
San Marcos 4,26-34Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J
Evangelio:
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El
reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de
noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa
cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego
la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz,
porque ha llegado la siega."
Dijo también: "¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola
usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más
pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa
ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas." Con
muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender.
Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en
privado.
COMENTARIOS
No tengáis en absoluto deseo de parecer superior ni el maestro. Yo no soy del
mismo parecer de una persona que me decía, hace unos días, que para ejercer y
mantener bien su autoridad era necesario que se notara que es el superior. ¡Oh,
Dios mío! Nuestro Señor Jesucristo nunca habló así; nos enseña todo lo contrario
tanto de palabra como con el ejemplo, diciéndonos que él mismo vino no para
servir sino para servir a los demás, y que el que quiera ser el primero debe ser
el servidor de todos (Mc 10, 44-45)...
Para ello, daos a Dios para hablar con el espíritu humilde de Jesucristo,
confesando que vuestra doctrina no es vuestra, ni viene de vosotros, sino del
Evangelio. Sobre todo imitad la simplicidad de las palabras y de las
comparaciones que usa nuestro Señor en la Escritura Santa, hablando al pueblo.
¡Ay, cuántas son las maravillas que Él podía enseñar al pueblo! ¡Cuántos
secretos no hubiera podido descubrir de la Divinidad y de sus admirables
perfecciones, Él que era la Sabiduría eterna del Padre! Y sin embargo, ved cómo
habla de manera inteligible, y cómo se sirve de comparaciones familiares, ya sea
de un labrador, de un viñador, de un campo, de una viña, de un grano de mostaza.
Es así como debéis hablar si queréis haceros entender del pueblo, que es a quien
anunciáis la palabra de Dios.
Hay todavía otra cosa a la que debéis poner particular atención, y es que os
fijéis totalmente y actuéis según la conducta del Hijo de Dios; quiero decir que
cuando tengáis que actuar os hagáis esta reflexión: «¿Esto es conforme a las
enseñanzas del Hijo de Dios?» Si veis que sí, deciros: «Sea en buena hora,
hagámoslo»; si por el contrario os decís: «No haré nada con ello», dejadlo.
Además, cuando se trate de hacer cualquier obra buena, decid al Hijo de Dios:
«Señor, si estuvierais en mi lugar, ¿cómo obraríais en esta ocasión? ¿cómo
instruiríais a este pueblo? ¿cómo le consolaríais a este enfermo de espíritu o
del cuerpo?»...Busquemos la manera de obra a fin de que Jesucristo reine en
nosotros
San Vicente de Paúl (1581-1660), presbítero, fundador de comunidades religiosas