Reflexiones Bíblicas
San Marcos 7,24-30

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa, procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija. Él le dijo: "Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el pan de los hijos." Pero ella replicó: "Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños." Él le contestó: "Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija." Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.

COMENTARIOS

La intención de Marcos está clara: también los paganos tienen derecho al pan de la salvación, porque también ellos se benefician de la piedad del Señor.

Hasta el momento de su encuentro con la mujer pagana, probablemente Jesús no tenía aún plena conciencia de su misión universal: como judío que era, seguía aún las normas de la educación e instrucción de sus compatriotas. Fue precisa la irrupción inesperada (más inesperada, por cierto, en la versión de Mateo que en la de Marcos) de una pagana, para impulsar a Jesús a abrir el horizonte de la conciencia que tenía de su misión e incorporar a su función una perspectiva verdaderamente misionera.