Reflexiones Bíblicas
San Mateo 7,6.12-14

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

Mateo 7,6.12-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos."

COMENTARIOS

El camino que propone Jesús es estrecho y difícil. Lamentablemente nosotros, por nuestras tendencias humanas, insistimos en buscar siempre caminos fáciles. Tendemos a huir del dolor y evadimos el conflicto que provoca el Evangelio.

Así nos marcó el camino el propio Jesús, así lo hicieron sus discípulos, y así lo han hecho muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia. Vivir en forma coherente significa asumir el estilo de vida de Jesús. Eso va a contrapelo de los valores del mundo, y no puede dejar de traer dificultades a quien pretenda vivir con autenticidad y audacia el testimonio de Jesús, desenmascarar esos valores, luchar por la justicia, reivindicar los derechos de los más pobres y vejados por los sistemas inhumanos imperantes. Los santos y mártires asumieron así el Evangelio y lo hicieron su forma de vida; por eso se les ha considerado "evangelio viviente". Sin embargo, nada de eso es posible contando sólo con las propias fuerzas. Es el Espíritu el que trabaja día y noche en nosotros para que, a pesar de nuestras debilidades, podamos asumir el Evangelio con una libertad radical y una coherencia lo más cercana posible al mensaje de Cristo.

Expone Jesús la necesidad de la decisión personal para entrar en el reino (= la vida). No hay que dejarse arrastrar por lo que todos hacen; hay que salirse de la corriente para atinar con la vida. No es difícil entrar por la puerta angosta; sólo que la mayoría de los hombres, deslumbrados por lo más aparente, ni se da cuenta de que existe.