Reflexiones Bíblicas

San Mateo 10,7-15

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

 

San Mateo 10,7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.

No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros. Si alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo."

COMENTARIOS

Hoy nos encontramos con la segunda característica del discípulo en Mateo: El discípulo es enviado; tiene una misión; proclamar la cercanía del reino de los cielos y efectuar los signos que lo hacen presente: sanar, resucitar, limpiar, expulsar... En definitiva, hacer lo que Jesús hizo.

Jesús añade ahora un aviso: la idea de lucro ha de estar ausente de esta actividad. Se hace, por tanto, con «limpieza de corazón» (5,8), sin segundas intenciones.

No deben llevar dinero alguno, tampoco provisiones (alforja), ni dos túnicas o sandalias, como la gente acomodada. La prohibición de llevar bastón simboliza la renuncia a toda violencia, incluso en defensa propia (cf. 5,39). El desprendimiento absoluto del discípulo se funda en su confianza de que no faltará el sustento. Jesús los exhorta a la confianza que había de tener el discípulo en el Padre del cielo (6,25-34). La misión es un trabajo por el que se busca que reine la justicia del Padre (6,33); éste se ocupará de lo demás.



 

Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897), carmelita descalza, doctor de la Iglesia