Reflexiones Bíblicas

San Mateo 12,38-42

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

 

San Mateo 12,38-42

En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: "Maestro, queremos ver un signo tuyo." Él les contestó: "Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón."

COMENTARIOS

Al lado de los fariseos aparecen nuevos personajes, los letrados, que vienen en ayuda de los derrotados fariseos. Se dirigen a Jesús con cortesía, para pedirle una señal. Esto supone que niegan valor teológico a las que ha realizado anteriormente, lo mismo a «las obras del Mesías» (11,2) que a la liberación del endemoniado (12,22). Para ellos, lo que Jesús dice y hace carece aún del refrendo divino. La señal daría ese refrendo a las obras y a la autoridad de Jesús. Conexión con la segunda tentación del desierto (4,5-7). Implícitamente afirman que en tal caso estarían dispuestos a creer en él.
Jesús rechaza de plano su petición. Los increpa. «Esta gente» designa ante todo a los fariseos y letrados, pero detrás de ellos al pueblo que está bajo su influjo y acepta su doctrina (11,16). «Malvada/perversa», palabra usada en v. 34 y que alude a Satanás: son enemigos de Dios. «Idólatra» (lit. «adúltera»), etc., donde la infidelidad de Israel a Dios y a su alianza por seguir falsos dioses se expresa bajo la imagen del adulterio.
«No se le dará», la indeterminación es teológica, es Dios mismo quien no les dará la señal. Una salvedad hace Jesús. Se les dará la de Jonás profeta. Compara el tiempo que media entre su muerte física y su manifestación vivo a los discípulos a los tres días y noches que estuvo Jonás en el vientre del monstruo. No se menciona la vuelta a la vida, pero está insinuada. Jesús habla a los que buscan acabar con él (12,14); no todo acabará con su muerte.
Es «el Hombre» quien va a estar en el seno de la tierra, pero por un brevísimo período. «El Hombre» posee una calidad de vida que no puede ser vencida por la muerte.