Reflexiones Bíblicas

San Mateo 13,36-43

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

 

San Mateo 13,36-43

En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: "Acláranos la parábola de la cizaña en el campo." Él les contestó: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga."

COMENTARIOS

 La cizaña siempre será cizaña, y nunca podrá cambiar su esencia; lo mismo pasa con el trigo. Se propone un doble mensaje al grupo de seguidores de Jesús.

El primer mensaje se deduce y es claro: El trigo y la cizaña deben crecer juntos, y ésa es la decisión que ha tomado el dueño: dejarlos juntos hasta la época de la cosecha (Mateo insiste mucho en el final). La comunidad de discípulos debe ser consciente de ello, y ser capaz de convivir con el enemigo, tanto fuera como dentro del grupo.

El segundo mensaje es que hay algunos que siendo cizaña se pueden convertir en trigo bueno; o al contrario, siendo trigo bueno se pueden convertir en cizaña. Por lo mismo, la enseñanza para la comunidad es doble: hay que ser buena semilla, trigo bueno, y no mala hierba, cizaña.

El reino de Dios siempre es una propuesta abierta para quien quiera acogerla y en el momento que quiera. Dios nos hace una oferta de salvación. Queda en nuestras manos aceptarla o rechazarla.