Reflexiones Bíblicas

San Mateo 13,47-53

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

 

San Mateo 13,47-53

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?" Ellos le contestaron: "Sí." Él les dijo: "Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo." Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.

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Terminamos hoy el capítulo 13 de Mateo, el centro de su evangelio. La parábola final nos habla también del final y es como una voz de aliento y una exigencia para que se ponga en práctica todo lo que Jesús ha enseñado a la comunidad. Ese es el énfasis que le ha dado Mateo, pero nosotros podemos darle otro. Si ponemos atención al inicio de la parábola, la pesca es la acción del reino como oferta a todos. Es una red que recoge a toda clase de peces (recordemos el trigo y la cizaña); pero lo importante es cómo se vive y se llega al final.

Podríamos hacer una buena catequesis sobre las exigencias y las diversas formas que tenemos para ser "lo bueno que se recoge en canastas". Subrayemos la esperanza que alienta la fidelidad a Jesús, y decidámonos a ser parte de la buena pesca del reino de Dios.

Hay personas muy puras, que se han dejado penetrar enteramente por Dios y que, por consiguiente, están totalmente abiertas al prójimo; personas que ya desde ahora han dejado que su ser esté totalmente orientado a Dios y el mero hecho de ir hacia Él es tan sólo el cumplimiento de lo que ya son.