Reflexiones Bíblicas

San Mateo 15,21-28

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J   

 

 

Evangelio: 

 

San Mateo 15,21-28 

 

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: "Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo." Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: "Atiéndela, que viene detrás gritando." Él les contestó: "Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel." Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: "Señor, socórreme." Él le contestó: "No está bien echar a los perros el pan de los hijos." Pero ella repuso: "Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos." Jesús le respondió: "Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas." En aquel momento quedó curada su hija.

COMENTARIOS

«No está bien echar a los perros el pan de los hijos». La mujer recoge estas palabras y dice: «¡Sí, Señor!». Como si dijera:... «No pido más que una pequeña migaja de la mesa y de la mano de un amo generoso que 'da alimento a todo viviente'. ¡Tú tratas a los judíos como a hijos; por eso te pido no rehúses dar una migaja a tu pequeña perra cananea!»
Jesús le dice: «¡Mujer, que grande es tu fe!». Riñe a Pedro por su poca fe; admira a esta mujer por la grandeza de la suya. Verdaderamente tiene una gran fe puesto que proclama que el Verbo hecho carne es el hijo de David, y porque, segura de su poder divino, confía en el poder que tiene Él para devolver la salud a su hija ausente, y esto, con tan sólo un acto de su voluntad.
También tú, si tu fe es grande, si tu fe es esta fe viva de la cual vive el justo, y no una fe muerta, a la que le falta el alma, es decir, la caridad, también alcanzarás no sólo la completa curación de tu hija, es decir, de tu alma, sino que «tendrás poder para trasladar las montañas».
Julián de Vézelay (hacia 1080-hacia 1160), monje benedictino